El gobierno de Bolivia creó hoy la Empresa Metalúrgica Karachipampa. que administrará el complejo de fundición y comercialización de plomo, plata, oro, zinc y otros minerales y tendrá un potencial económico de 200 millones de dólares.
El presidente Evo Morales dio inicio de las operaciones de la planta metalúrgica Karachipampa, en Potosí (sudoeste), tras 28 años de inactividad de ésta, con el funcionamiento del horno "Kivcet", que permitirá procesar 50.000 toneladas de mineral.
Según las explicaciones del presidente, los trabajos de la planta son un aporte para consolidar el desarrollo del sector minero, que sumado al hidrocarburífero y agropecuario garantizarán la revolución democrática en Bolivia.
La exportación de lingotes de plomo y plata está prevista entre junio y julio próximos, comercialización que movilizará cerca de 200 millones de dólares al año, informó Morales.
A través de un decreto se dio nacimiento a la nueva empresa estatal que estará a cargo de la fundición, refinación y comercialización de minerales.
"Hoy estamos creando una empresa más del Estado y todos tenemos que aportar a nuestra empresa", indicó Morales. Las instalaciones de la planta en el departamento de Potosí fueron el escenario del acto de encendido del horno Kivcet, que marcó el inicio de operaciones de un emprendimiento gestado en la década del 70.
En 1971 un Comité de Intereses de Potosí planteó la construcción de una planta "electrolítica de zinc", lo que evidencia que se hicieron gestiones para que esa región cuente con una fundidora.
Hacia los años 80 la fundidora fue instalada para procesar plomo y plata, pero hasta la fecha nunca se cumplió ese objetivo.
En esa década -recordó Morales- el precio del estaño bajó en Bolivia, a raíz de que Estados Unidos sacó al mercado sus reservas con el objetivo de "combatir al gobierno de izquierda de la UDP en los años 80 en Bolivia".
El Jefe de Estado recordó que en 2007 su gobierno propuso a los trabajadores mineros tomar el control de la fundidora, pero recibió como respuesta el rechazo, tal vez porque aún se creía que la empresa privada realizaría un mejor trabajo.
El 28 de junio de 2005, la estatal Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y la empresa Atlas Precious Metals firmaron un contrato de riesgo compartido para la reactivación de la planta. El acuerdo fue disuelto en 2010 y en 2011 el Estado tomó el control de la empresa.
Karachipampa cuenta actualmente con 250 trabajadores, número que subirá a 400 obreros una vez que la planta esté operando a plenitud.
La planta de Karachipampa será el centro de una zona industrial que apuntalará el desarrollo del departamento de Potosí.
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