Kim Cai-il, de 69 años, llegó al lugar con cinco horas de anticipación para evitar posibles embotellamientos.
Kim llevó una fotografía de su padre fallecido para ayudar a su media hermana en la RPDC a reconocerlo. "Fui separado junto con mi padre cuando tenía cinco años durante la Guerra Coreana de 1950-53. Apenas puedo recordar la cara de mi padre, pero mi madre dice que me parezco a él", declaró.