La incertidumbre política ha generado incertidumbre en el mercado más allá de Europa debido a una elección general poco concluyente en la que ningún partido obtuvo una mayoría funcional en la cámara alta del parlamentio italiano.
Aprovechando el descontento del público, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) encabezado por el cómico Beppe Grillo obtuvo más de una cuarta parte de los votos en las elecciones del 24 y 25 de febrero, uno de los resultados más inesperados en la historia italiana reciente.
Por otra parte, los dos partidos principales, el Pueblo de la Libertad (PdL) de centro-derecha encabezado por el ex primer ministro Silvio Berlusconi y el Partido Democrático de centro-izquierda encabezado por Pier Luigi Bersani, perdieron cerca de 12 millones de votos en comparación con la elección general de 2008.
El partido de Bersani logró ganar la cámara baja en la elección, pero no tiene apoyo suficiente en el Senado, lo que convierte la alianza con un rival en la única opción para evitar nuevas elecciones.
Bersani ya subrayó su oposición a un nuevo gobierno de tecnócratas como el gobierno saliente de Mario Monti o una coalición con la centro-derecha de Berlusconi. Esto convierte el apoyo de Grillo en la única salida.
Una nueva elección podría costar a Italia cerca de 500 millones de euros.
La incertidumbre de la política y la economía italianas recuerda el caos registrado hace algunos años en Grecia, dijo el importante semanario alemán Witschaftswoche.
"Italia debe despertar y transmitir una señal clara en favor o en contra de Europa y el euro y asumir todas las consecuencias de su decisión", agregó.