El ex presidente del Banco Comercial Portugués (BCP), Filipe Pinhal, encabezará el denominado Movimiento de los Jubilados Indignados (MRI), que será presentado en Lisboa mañana martes, y que activará acciones contra la excesiva austeridad a partir de este año en las pensiones consideradas altas.
A partir del primer día de este año rige la llamada Contribución Extraordinaria de Solidaridad (CES) en las jubilaciones superiores a 1.350 euros mensuales, unos 1.755 dólares, sujetas a un gravamen de 3,5 por ciento, que aumenta hasta el 10 por ciento para las jubilaciones a partir de los 3.750 euros mensuales, unos 4.875 dólares
En el caso de las pensiones mayores a los 7.000 dólares, unos 9.100 dólares, el impuesto se eleva hasta el 40 por ciento.
Pinhal dijo que esta medida impositiva constituye un "abuso del gobierno", porque quien reciba una pensión de unos 20.000 euros mensuales -unos 26.000 dólares-, pierde "el 90 por ciento de su rendimiento en impuestos", lo que resulta "intolerable".
En declaraciones en la televisión portuguesa TVI, Pinhal, quien según la prensa local recibiría una pensión de 70.000 euros mensuales (unos 91.000 dólares), explicó que "una jubilación de 20.000 euros es muy habitual en cargos de directivos de bancos".
El movimiento que encabeza Pinhal esperará este mes un pronunciamiento del Tribunal Constitucional (TC). "Si no la consideran anticonstitucional, entonces avanzaremos en tribunal, porque para nosotros la CES es ilegal"y "no respeta la Constitución".
Un comunicado emitido este lunes, dijo que el movimiento será presidido mañana martes "por Filipe Pinhal, en conjunto con el Sindicato Nacional de los Cuadros y Técnicos Bancarios".
El objetivo es "tomar posición ante la situación de profunda crisis social vivida por el país, y ante los ataques que el gobierno está haciendo a los jubilados", planteó.
"El MRI está en contra de la Contribución Extraordinaria de Solidaridad, porque es un instrumento de expoliación de los jubilados y pensionistas", consideró.
Añadió que en Portugal impera "un desempleo creciente y una crisis social sin precedentes", y se queja de "los ataques que se hacen a diario a los jubilados bancarios, a quienes se retiran los instrumentos sociales de supervivencia, fustigándolos con tasas e impuestos intolerables para la clase".