Un tiroteo y tres ataques de bomba, dos de ellos suicidas, ocurridos hoy en el centro y norte de Irak dejaron 21 personas muertas y 47 heridas, informó la policía.
En uno de los incidentes, un atacante suicida condujo un automóvil cargado con explosivo que hizo estallar en un punto de revisión militar iraquí en el área de Taji, a unos 20 kilómetros al norte de la capital Bagdad, y causó la muerte a seis personas y heridas a 21, entre ellas a cinco soldados, indicó una fuente de la policía local a Xinhua.
Otro ataque ocurrió en el poblado de Mahmoudiyah, a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad, cuando un atacante suicida hizo detonar su auto cargado de explosivos en un punto de revisión militar, lo que provocó la muerte a cuatro civiles y a un soldado, además causó heridas a 14 personas, entre ellos tres soldados, dijo una fuente del Ministerio del Interior a Xinhua.
En Bagdad, un coche bomba estacionado en un mercado concurrido en el distrito de al Shula en la parte norte de Bagdad estalló y causó cinco muertes y heridas a 12 personas.
La explosión destruyó varias tiendas cercanas y muchos puestos en el mercado del vecindario pobre.
Por otra parte, cuatro empleados del Ministerio del Petróleo y un policía que los custodiaba murieron cuando hombres armados abrieron fuego contra su vehículo mientras circulaban en una importante calle de la ciudad de Baiji, a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, dijo a Xinhua una fuente de la policía.
Los trabajadores y el policía trasladaban los salarios de decenas de trabajadores de la refinería al Qaiyarra, a unos 350 kilómetros al norte de Bagdad, dijo la fuente.
Los atacantes robaron el vehículo y el dinero y huyeron del lugar, pero soldados iraquíes los persiguieron y lograron recuperar el vehículo y el dinero robado.
Nadie ha reivindicado los ataques, pero los observadores los consideran como un intento de grupos insurgentes, incluido el grupo militante Al Qaeda, de mostrar que son capaces de llevar a cabo ataques coordinados y de alto perfil que pueden debilitar las declaraciones del gobierno de que está ofreciendo seguridad a los iraquíes.
El lunes, Al Qaeda en Irak reivindicó una serie de ataques de bomba y tiroteos en Irak en la última semana que dejaron cientos de iraquíes muertos y heridos.
La violencia de hoy también ocurrió cuando la tensión sectaria se ha intensificado en el país en medio de las continuas protestas antigubernamentales de árabes sunitas que empezaron a fines de diciembre cuando las fuerzas de seguridad arrestaron a los guardaespaldas del ministro de Finanzas sunita Rafia al-Essawi.
Las protestas comenzaron en el bastión de los árabes sunitas en la provincia de Anbar y se propagaron rápidamente a las ciudades de las provincias sunitas de Nineveh, Salahudin y Diyala, así como a los distritos sunitas de Bagdad.
Los sunitas furiosos acusan al gobierno dominado por chiitas de marginarlos y señalan que las fuerzas de seguridad dirigidas por chiitas estaban arrestando indiscriminadamente a sus hijos y torturándolos. También acusaron a las fuerzas de seguridad de arrestar a mujeres en lugar de a los varones que son buscados.
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