El atentado incendiario que costó la vida al matrimonio de hacendados Luchsinger-McKay en el sur de Chile escaló la tensión que impera en la zona mapuche, donde el gobierno de Sebastián Piñera acusa a grupos extremistas de perpetrar el homicidio en el marco de un secular conflicto territorial.
La madrugada del 4 de enero el conflicto entre las comunidades mapuche, la principal minoría étnica de Chile, recrudeció luego de una década de protestas y tomas de terrenos que reclaman como suyos.
Un grupo, aún sin identificar, atacó e incendió la casa patronal de la hacienda de los Luchsinger, donde quedaron atrapados Werner Luchsinger y su esposa, Vivian MacKay, quienes fallecieron.
De inmediato se culpó a grupos mapuches por el atentado debido a que ese día se recordaba la muerte del joven Matías Catrileo, asesinado por la policía en esa misma hacienda durante una toma de terrenos en 2008.
Los Luchsinger y las comunidades mapuches de la zona se encuentran en conflicto desde 1999, aunque el enfrentamiento se remonta a 1906 cuando el Ejército chileno perpetró una invasión en territorio de la etnia.
A mediados de la década de 1990, unos 11 mapuches, la mayoría jóvenes, murieron en enfrentamientos con la policía o en circunstancias no resueltas.
Pero las muertes del matrimonio Luchsinger-McKay son las primeras de empresarios de la zona bajo ataques incendiarios.
Hasta ahora sólo se registraban ataques similares a camiones, maquinaria o instalaciones agrícolas, pero no a las viviendas de los empresarios agrícolas y forestales de la zona.
El hecho activó una inmediata reacción del gobierno, que advirtió la eventual imposición de un estado de sitio e invocación a la Ley Antiterrorista.
"El estado de excepción (constitucional) no es una posibilidad descartada, pero nosotros creemos, a la luz de los antecedentes, que no es necesario crear una instancia de estado de excepción", matizó el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet.
"Creemos que por la naturaleza del fenómeno -de un grupo aislado y muy pequeño-, creemos que las medidas que hemos tomado con Carabineros es lo que corresponde hacer en estos momentos", agregó.
Al mismo tiempo, se determinó incentivar las funciones de inteligencia en la zona en vez de privilegiar el envió de fuerzas especiales de la policía, que hasta el momento sólo han protagonizado más incidentes en las comunidades mapuches que han invadido.
El gobierno nombró al general de la policía uniformada (Carabineros), Carlos Carrasco, como encargado especial de seguridad en la zona mapuche, destinado a desarmar las unidades beligerantes que operan en el lugar.
El ministro del Interior, Andrés Chadwick, declaró que "nos enfrentábamos a un enemigo poderoso y así es, porque el terrorismo, el crimen organizado, narcotráfico son enemigos poderosos porque cuentan con organización, recursos, profesionalismo, militarización en sus planificaciones".
Añadió que se requiere tener muy claro que enfrentamos a un enemigo fuerte, poderoso, organizado en la zona de La Araucanía.
Al mismo tiempo, se multiplican las denuncias de abuso policial, presentadas por parte de organismos de derechos humanos y organizaciones no gubernamentales.
La comunidad mapuche de Temucuicui, en la comuna de Ercilla en la Región de La Araucanía, denunciaron violencia policial en el allanamiento la noche del domingo.
Uno de los miembros de la comunidad, Pablo Millanao, de 32 años, fue llevado hasta un hospital cercano luego de ser agredido por la policía, denunció el werkén (vocero) de la comunidad, Jorge Huenchullán.
De acuerdo al Werkén, la policía irrumpió en la comunidad "sin mediar provocación", y luego Carabineros lo torturó, por medio de un interrogatorio forzado. En este momento está derivado al hospital de Victoria", señaló.
Esta mañana Carabineros negó la operación, pero la tensión persiste en la zona.
Los mapuches, una etnia conformada por unas 800.000 personas, viven en la extrema pobreza, y pese a los programas sociales iniciados desde 1990, que incluyen devolución de tierras o becas de estudio, las comunidades piden mayor autonomía y reconocimiento como nación dentro del Estado de Chile.
La Constitución chilena no reconoce la existencia de otros pueblos en el país, pese a tener un número importante de minorías. Además de la mapuche, se encuentran los huilliche, picunches, atacameños y rapa nui.
En el caso de los mapuches éstos piden la devolución de al menos 31.000 kilómetros cuadrados, que corresponderían a la Región de La Araucanía, que según ellos habrían sido usurpados por el Estado chileno durante una invasión el siglo XIX.
Los mapuches resistieron la invasión española desde 1535 y finalmente firmaron un tratado que permitió una relativa paz por más de 300 años en la frontera del río Biobío.
Pero con la Independencia de Chile en 1810, comenzó una nueva historia que tuvo como hecho crucial la "Pacificación de la Araucanía", iniciada en 1860, con una lenta penetración y culminada con la invasión militar desde 1883.
Durante esos años los mapuches, pueblo ganadero, perdieron sus tierras y animales, cayendo en la pobreza, y pese a que se les otorgaron reservaciones, poco a poco fueron despojados de éstas con la llegada de colonos europeos.
Los Luchsinger es una de las familias alemanas que llegaron a la zona en 1906 con el apoyo del gobierno, junto a otros miles de ciudadanos suizos e ingleses, quienes recibieron 60 hectáreas de regalo y fondos para iniciar su explotación.
Distintas investigaciones históricas, han revelado cómo el Ejército les ayudó a expandir sus terrenos al correr los cercos y límites de su hacienda, presionando a los mapuches a vender mediante estafas y amenazas.
Werner Lushinger, descendientes de esas familias, poseía 1.200 hectáreas y mantenía un vivo conflicto con las comunidades cercanas.
En 2008, poco después de la muerte de Matías Catrileo en sus terrenos, Lushinger descartó -en declaraciones a la prensa- la devolución de terrenos a los mapuches con el argumento de que éstos jamás saldrían de la miseria.
"El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de lo que aporta la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos. No tiene nada", dijo entonces el hacendado.
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