08/01/2013(Pueblo en Línea)- Aunque aclaró que no está involucrado de forma directa en los hechos, el ex embajador de Honduras en Colombia, Carlos Humberto Rodríguez, pidió disculpas el día 7 de este mes a los gobiernos y pueblos de Honduras y Colombia por el escándalo que causó una fiesta en la legación de su país en Bogotá. "Es una situación lamentable, asumo la responsabilidad del caso como ex jefe de misión. Quiero pedir una disculpa al Gobierno del presidente Lobo, al pueblo hondureño y al mismo tiempo al pueblo y Gobierno de Colombia", subrayó Rodríguez.
Es una situación lamentable, asumo la responsabilidad del caso como ex jefe de misión" Rodríguez, que el sábado pasado dimitió al cargo después que el canciller hondureño, Arturo Corrales, le solicitase la "renuncia irrevocable", dijo haber estado ausente la noche del pasado 20 de diciembre, jornada en que transcurrió la fiesta.
La Policía de Colombia confirmó que aquella noche en la Embajada de Honduras en Bogotá hubo una fiesta a la que asistieron al menos dos prostitutas, quienes habrían robado dos computadores de la sede diplomática.
Rodríguez explicó que las dos prostitutas solo "se robaron una computadora" y que "no entraron" a su oficina ni a la del agregado militar, coronel Sergio Gómez, donde supuestamente habrían defecado, como han publicado algunos medios locales e internacionales.
[Es] una situación muy difícil, muy vergonzosa. Lo que más me ha afectado es la repercusión de imagen al país" "Ni mi despacho ni otros despachos fueron tocados", afirmó Rodríguez, quien además aseguró que la información que contiene la computadora que robaron "no compromete en nada al país", ya que la información de la nación la manejaba él.
Según el diario hondureño 'El Heraldo', Jorge Mendoza, quien era escolta personal de Rodríguez, organizó una fiesta improvisada en la Embajada de Honduras en el norte de Bogotá, durante la cual dos prostitutas robaron dos computadoras portátiles.
El ex embajador subrayó que lo sucedido es "una situación muy difícil, muy vergonzosa. Lo que más me ha afectado es la repercusión de imagen al país. Honduras no merece esas cosas, es un gran país".
El canciller hondureño, Arturo Corrales, nombró el viernes pasado una comisión para investigar lo sucedido.