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ENTREVISTA: La obsesión argentina por el dólar

Actualizado a las 07/11/2012 - 10:26
BUENOS AIRES, 6 nov (Xinhua) -- Argentina es el país en el que, después de los Estados Unidos, más dólares per cápita existen, a una tasa de 1.300 a 1.700 por cada uno de los 40,1 millones de habitantes de la nación sudamericana y según declaró la presidenta Cristina Fernández, a su administración "le encantaría" poder emitirlos.
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Por Juan Manuel Nievas

BUENOS AIRES, 6 nov (Xinhua) -- Argentina es el país en el que, después de los Estados Unidos, más dólares per cápita existen, a una tasa de 1.300 a 1.700 por cada uno de los 40,1 millones de habitantes de la nación sudamericana y según declaró la presidenta Cristina Fernández, a su administración "le encantaría" poder emitirlos.

Xinhua dialogó con un experto en economía y un referente entre los psiquiatras de Buenos Aires para conocer el por qué de la dependencia de los argentinos por la divisa verde, cuya cotización se reporta día a día en diarios, portales en Internet y noticieros de televisión, en tiempos en que un "cepo cambiario" oficial impide a los particulares comprar dólares para ahorro.

"La conducta de los argentinos respecto al dólar bien puede parecer una obsesión para observadores externos. Sin embargo, es una conducta absolutamente racional que, con el correr de los años, se volvió casi un acto reflejo. En pocas palabras, la gente desea ahorrar y para ello busca activos que realmente sean resguardo de valor", dijo a esta agencia Matías Carugati, economista en jefe de la consultora Management & Fit.

El experto recordó que "en muchas etapas de la historia argentina (siendo el período 2007-2012 la más reciente), la combinación de elevada inflación y un dólar cuyo precio sólo se movió hacia arriba, generó rendimientos negativos al ahorrar en pesos, con lo cual la gente volcó a otros instrumentos que pudieran generar algún retorno positivo".

"Como inversores poco sofisticados que somos los argentinos y con la memoria reciente del fin de la Convertibilidad (cuando los depósitos en dólares se pesificaron a fines de 2001), la opción más simple y directa fue atesorar dólares. De esta manera el inversor minorista podía resguardar sus ahorros de tres riesgos importantes: el inflacionario, el devaluatorio y el confiscatorio", añadió.

En la Argentina el vínculo con el dólar es una costumbre arraigada desde mediados del siglo pasado, al punto tal que es posible encontrar en internet un monólogo del histórico humorista "Tato" Bores del año 1962 en el que abordaba la cuestión.

"Hay generaciones que han nacido, crecido y muerto con este concepto que tenemos sobre el dólar: es la moneda fuerte, la que sirve para atesorar y la que garantiza las transacciones onerosas. El peso es una segunda moneda, para lo cotidiano. A la gente se la ha inculcado este concepto, no es creación de la población", explicó a Xinhua el psiquiatra Hugo Marietan, una de los referentes nacionales a la hora de explicar conductas ligadas a patologías y obsesiones.

Para Marietan, especialista en vínculos complejos y docente de la Universidad de Buenos Aires, "las constantes depreciaciones de la moneda cotidiana generaron incertidumbre y miedo a ahorrar en pesos. No es una obsesión. No es algo patológico, sino una consecuencia administrativa y una costumbre aceptada por la enorme mayoría. A tal punto que los inmuebles tienen precio en dólares", planteó.

En ese contexto, el gobierno argentino se ha planteado "pesificar" la economía y dar una "batalla cultural" contra el dólar, según palabras del ex viceministro de Economía Roberto Feletti, actual diputado nacional y titular de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja.

Con el superávit comercial en descenso (16.980 millones de dólares en 2009; 11.721 millones en 2010; 10.346 millones en 2011 y 8.579 millones previstos para este año), la Argentina dispuso hace un año un "cepo cambiario" por el cual las empresas no pueden comprar divisas para girar regalías y dividendos al exterior.

Se obliga a tener una cuenta en dólares en la Argentina a aquellos que deseen extraer moneda extranjera en cajeros del exterior y se bloqueó la compra de dólares para atesoramiento.

Asimismo, desde agosto pasado es obligatorio presentar una declaración jurada para quienes desean comprar dólares para viajar y utilizarlos en el exterior, al tiempo que se anunció la aplicación de un recargo del 15 por ciento para las compras con tarjeta de crédito y de debito que los argentinos realicen en otro país.

"¿De qué cepo cambiario o cepo del dólar están hablando? En realidad acá lo único que hay es cepo democrático para el cumplimiento de la ley", se quejó la presidenta el 10 de octubre pasado, al defender su política cambiaria.

Sin embargo, la misma mandataria fue quien, el 26 de septiembre, al inaugurar la Cátedra Argentina en la Universidad de Georgetown, Washington, afirmó: "Nosotros no emitimos dólares, desafortunadamente. Nos encantaría emitir dólares, sería fantástico. Pero bueno, no emitimos dólares, así que, los únicos dólares que nos ingresan son los que ingresan de la balanza turística o los que ingresan de la balanza comercial y lo que ingresan vía inversión extranjera directa".

Para Carugati, "la cotización del dólar se informa de manera diaria debido a lo sensible que resulta ese precio para el bolsillo de la gente. No sólo sus ahorros se mueven en función del dólar, sino que los precios de una parte importante de la canasta de consumo también se mueven en función de la cotización de dicha moneda".

"Además, el pequeño ahorrista está acostumbrado a que oscilaciones bruscas en el tipo de cambio (sobre todo al alza) es señal de que algo no funciona del todo bien con la economía. Así, el valor del dólar no sólo afecta cuestiones actuales sino que también brinda información sobre eventos futuros", dijo.

Desde una perspectiva psicológica, Marietan afirmó que "el ahorro es prever recursos para el futuro. Esforzarse en el hoy para dejar dinero sin gastar, guardar para mañana. Pero en la psiquis de ningún argentino se representa que los pesos ahorrados hoy servirán en 5 ó 10 años para cubrir las necesidades que se planteen".

"No hay confianza en el peso, pero esa falta de fe está justificada por amargas experiencias. Revertir esta rutina dolarizadora por una pesificadora tal como están dadas las condiciones actuales es naturalmente imposible. Es por eso que las autoridades usan la fuerza para imponer algo que va en contramano de lo que la gente cree: el peso no es moneda a futuro", remarcó el psiquiatra.

"No es una cuestión cultural y caprichosa, sino económica e histórica. Tampoco es un deseo de pertenecer al 'primermundo', sino algo más pragmático: llegar con algún resto económico válido en la vejez o poder solventar los gastos futuros de los hijos en un sistema administrativo inestable. La dolarización es una consecuencia, no una causa", resumió.

Carugati, a su turno, sostuvo que la apuesta al dólar y no al peso al momento de valuar inmuebles y automóviles "tiene dos razones. La primera consiste en resguardar el valor de dichos bienes del riesgo inflacionario. La segunda, para facilitar la comparación de rendimientos de la inversión".

Sobre las palabras de Feletti acerca de "pesificar" la economía nacional, el economista opinó que "se puede legislar una pesificación de los contratos (tal vez aquellos a futuro, resguardando los ya firmados), pero las implicancias que ello tendría sobre la seguridad jurídica podrían ser negativas".

"El proyecto de Código Civil y Comercial actualmente debatido en el Congreso Nacional prevé la posibilidad de pagar en pesos contratos firmados en moneda extranjera. Pero se trata de otorgar posibilidades, no forzar conductas. La gente desea desprenderse de los pesos por la persistente reducción en su poder adquisitivo. Por ello, una mejor solución sería atacar la inflación, de forma tal que el peso se convierta, con el paso del tiempo, en una moneda confiable utilizada para el ahorro", aconsejó.

Sin embargo, concedió que "la probabilidad de que el gobierno encare un plan anti-inflacionario creíble es muy baja, sobre todo teniendo en cuenta que, desde el vamos, no se reconoce el verdadero valor de la inflación", de alrededor de 9 por ciento para el Estado, casi el triple para analistas privados.

El viernes pasado, el Banco Central, en su reporte semanal, admitió que los depósitos en moneda extranjera de los bancos privados cayeron a un ritmo de 5 millones de dólares por día en la segunda semana de octubre.

Los depósitos en dólares en los bancos privados del país austral cedieron de 12.100 millones de dólares a 8.099 millones entre el 4 de mayo, cuando el gobierno bloqueó totalmente la compra de dólares para ahorro, y el 12 de octubre.

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