“Más que los monumentos de piedra y agua, sus vidas son el mayor homenaje a aquellos que perdimos”, aseguró Obama durante su discurso en el Pentágono, donde fallecieron 184 personas. Acompañado del secretario de Defensa, Chuck Hagel, el presidente se dirigió a familiares y supervivientes: “nuestros corazones todavía sufren por aquellas vidas que podrían haber sido”.