Con este resultado, Brasil sumó seis puntos, con un saldo positivo de cinco goles, y está prácticamente clasificado a las semifinales del torneo, aguardando solamente el resultado del partido entre Italia y Japón para confirmar su avance.
El estadio Castelao se vio colmado por unos 64.000 aficionados, quienes cantaron de pie todo el himno brasileño junto con los jugadores, pese a que la música sólo tocó durante los 90 segundos reglamentarios.
Este gesto dio el tono que tendría la afición en el partido, y contagió de entusiasmo a los futbolistas, muchos de los cuales afirmaron haber sentido la mayor emoción de sus vidas en un partido.