El aspecto más particular del carnaval dominicano es la presencia de personas disfrazadas con grandes máscaras y coloridos atuendos, que desfilan por las calles danzando al ritmo de tambores y que son conocidos popularmente como "diablos cojuelos", "macaraos" o "lechones", según la región del país al que representan.
La seguridad del desfile este año, que culminó con un concierto público, estuvo a cargo de alrededor de 3,600 agentes de policía, según los organizadores.