Chipre necesita 17.000 millones de euros (22.000 millones de dólares) en ayuda de sus socios de la zona euro y del FMI para recapitalizar sus bancos después de las grandes pérdidas sufridas por la exposición a la deuda griega. El país también se está quedando sin dinero para solventar las operaciones del gobierno durante los próximos tres años.
Anastasiades dijo que se realizarán esfuerzos para mejorar algunos de los términos incluidos en el acuerdo de rescate que afectan a sectores vulnerables de la población.
"Estamos buscando la solidaridad de nuestros socios europeos y, en ese marco, negociaremos para la concluir lo antes posible el acuerdo de préstamo", dijo Anastasiades.
"No consideramos ninguna plática para reducir los depósitos bancarios de la deuda soberana como una expresión de solidaridad y esto no será aceptado. Este tema no está a discusión", agregó el nuevo presidente.
Los políticos, principalmente de Alemania y Finlandia, han estado insistiendo en un recorte de los depósitos en los bancos chipriotas. No obstante, numerosos funcionarios del Banco Central Europeo se han declarado en contra de que los depositantes asuman las pérdidas con el argumento de que esto no ha sido impuesto a ningún país que ha recibido rescates, lo que podría causar una retirada masiva del dinero en los bancos.