En sus primeros comentarios luego de la explosión, el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan dijo que requería más información sobre el incidente.
La policía turca aumentó las medidas de seguridad en torno a la embajada y acordonó el área ante el temor de un segundo posible ataque. Helicópteros de la policía también revisaron el área sobre el edificio de la embajada.