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El mal comportamiento de los chinos en público (2)

Actualizado a las 19/11/2012 - 16:33
Pekín,19/11/2012(El Pueblo en Línea)- El mal comportamiento es más el resultado de las presiones sociales de los turistas chinos que el de las personas individuales, según sugieren los expertos.
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Turistas dejan basura en la playa Dadonghai Resort de Sanya, provincia de Hainan, durante la fiesta nacional. [Foto por Meng Zhongde / para China Daily]


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Fuente: China Daily

Pekín,19/11/2012(El Pueblo en Línea)- El mal comportamiento es más el resultado de las presiones sociales de los turistas chinos que el de las personas individuales, según sugieren los expertos.

El mal comportamiento en público se puede deber a muchos factores y no sólo a la personalidad del individuo. Expertos opinan que la sociedad, las circunstancias históricas y el medio ambiente deben tenerse en cuenta.

"Las personas son relativamente tolerantes y educadas en sus vidas cuando tratan con conocidos y amigos, pero cuando se encuentran rodeados por una multitud en lugares distintos a los frecuentados diariamente, como por ejemplo en viajes al extranjero, las personas tienden a ser más agresivas, nerviosas, groseras e incluso violentas", dice Han Xueqing, directora del departamento de psicología del Hospital Tongren en Pekín.

Han señaló el caso de un anciano que murió de un ataque al corazón después de haber discutido con dos mujeres en el metro de Pekín en hora punta.

"Estudios han demostrado que en un lugar ruidoso las personas tienden a ser más groseras y mal educadas", dijo. "Eso es porque se sienten inseguros o amenazados. Es natural en el ser humano pasar al modo de autoprotección".

En una sociedad que presume de una civilización de 5.000 años educada con las doctrinas de Confucio y Mencio, la educación cívica comienza a temprana edad.

En la escuela, los niños están familiarizados con la historia de Kong Rong, personaje mítico que dio a sus hermanos las frutas más grandes y se quedó para él la pieza más pequeña, cuando su padre le pidió que repartiese las peras que traía.

A Kong Rong le habían enseñado que, como el más joven de la familia, tenía que ofrecer siempre a sus mayores.

Muchos chinos son conscientes de enseñanzas como estas. La cortesía y la amabilidad son señal de una sociedad civilizada.

Pero para muchos, estos valores se fueron por la borda cuando llegó la "revolución cultural" (1966-76), un período de turbulencia social y decadencia moral.

En las últimas décadas, la ciega adoración por lo material ha afectado los valores morales y paradigmas del comportamiento, según expertos.

"No es que los chinos no sepan comportarse. La sociedad en que vivimos, la fase de desarrollo social que estamos atravesando, y las redes sociales a las que nos pertenecemos afectan a nuestro comportamiento en público", dijo Cheng Lehua, profesor del departamento de psicología de la Universidad de Sun Yat-sen.

Para un lado, las personas son más propensas a ser maleducadas si sienten que se está violando su espacio personal. Por otra parte, cuando los recursos sociales son limitados, no existen motivos por los que mantener la compostura, ya que no tienen nada que perder. Son en estos casos en los que se producen las batallas campales. Por último, la identidad juega un papel importante, añade Cheng.

"Los viajeros son un buen ejemplo en tales casos extremos", dice Cheng.

"Son más propensos a comportarse mal que los lugareños. Están en un lugar extraño y quieren aprovechar al máximo la estancia limitada, mientras que los locales tienen más tiempo y oportunidad para hacer lo mismo.

"Los más educados, personas de un estatus social más elevado, son más propensos a ser amables y a controlarse en lugares públicos, ya que tienen una identidad y una imagen que deben cuidar. Por esta razón, los chinos que viven en el extranjero se aferran más a las tradiciones que los que viven en China".

"Todo tiene que ver con el conflicto por el interés personal y los recursos limitados, especialmente en lugares desconocidos y llenos de gente," dijo Han Xueqing, el psicólogo del Hospital Tongren.

"Creo que tal comportamiento desagradable es temporal", dijo

Según el experto la situación está cambiando y para los chinos es como una etapa de aprendizaje. Cuanto más viajen, más se les abrirá la mente a escenarios desconocidos y más se acostumbrarán a lidiar con situaciones de estrés y ruido entre la multitud. Con el paso del tiempo, los chinos sentirán menos presión y aprenderán a relajarse y a comportarse mejor.

Pero esta mejora ha de tener lugar en un contexto donde las autoridades fomenten e inculquen el orden, proporcionen una educación moral permanente y castiguen el mal comportamiento en público.

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