RIO DE JANEIRO, 21 mar (Xinhua) -- El Gobierno brasileño afirmó hoy que garantizará la seguridad durante el Mundial de fútbol que se celebrará en el país entre el 12 de junio y el 13 de julio, pese a la escalada de violencia registrada en algunas ciudades como Río de Janeiro en las últimas semanas.
Según explicó el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, Brasil cuenta con un "excelente plan de seguridad para enfrentar situaciones en el Mundial".
"Estamos muy seguros. Tendremos un excelente Mundial con un excelente padrón de seguridad", explicó ante los medios de comunicación junto a la presienta Dilma Rousseff y el gobernador de Río de Janeiro, Sérgio Cabral.
Cabral se desplazó este viernes a Brasilia para pedir ayuda al Gobierno Federal por el aumento de violencia en varias favelas "pacificadas" de la ciudad, que se han cobrado ya cuatro policías muertos en las últimas semanas y varios ataques a las comisarías policiales en las barriadas pobres de la cudad.
El Gobierno brasileño se comprometió a enviar un refuerzo de tropas federales para ayudar a contener los episodios de violencia.
El propio Cardozo se desplazará la semana que viene a Río de Janeiro, la ciudad más turística del país y sede de la final del torneo, para evaluar las medidas que serán tomadas entre el Gobierno regional y federal y decidir si se enviará el Ejército o bien a agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad.
"Nuestro plan fue exhaustivamente discutido con todos los estados", resaltó el ministro de Justicia.
Ayer jueves, tres Unidades de Policía Pacificadora (UPPs) - comisarías instaladas por las autoridades en las favelas en la zona norte de la ciudad tras haber expulsado de ellas a los narcotraficantes que durante décadas las controlaron -, fueron atacadas, con un policía herido por bala, algo que se viene produciendo desde febrero y que ha puesto en alarma al Gobienro.
"Quieren que volvamos atrás. Vamos a avanzar con el apoyo de la presidenta y del gobierno federal. Es un momento en el que las Unidades de Policía Pacificadora están siendo provocadas, se trata de una tentativa clara de restarle quitar la moral a la política de pacificación que hizo de Río de Janeiro una referencia en ocupación territorial", explicó en la misma rueda de prensa el gobernador Cabral.