Vera Niemeyer, viuda del prominente arquitecto brasileño, Oscar Niemeyer, muerto la víspera a los 104 años, lloró hoy ante periodistas ante lo que dijo es la mayor pérdida de toda su vida.
Muy afectada a la salida del Hospital Samatirano de Río de Janeiro, en la zona sur de Río, Vera Niemeyer recordó que el arquitecto a pesar de estar ingresado se preocupaba por la rutina del trabajo de su empresa y le pedía informes cotidianos sobre los proyectos en curso.
La esposa de Niemeyer conversó con periodistas al término de la misa esta mañana en la capilla del Hospital Samaritano, donde anoche falleció el arquitecto brasileño a unos días de cumplir 105 años.
Según Vera, Niemeyer permaneció totalmente lúcido en los más de 30 días que estuvo ingresado y un día antes de morir pidió un pastel y café.
Refirió que en breve publicará un libro sobre arte y centros culturales, conforme uno de los últimos deseos del arquitecto.
Al hospital también llegó Ana Lúcia, nieta de Niemeyer, para acompañar a su abuela y destacó que el principal legado del arquitecto brasileño será destinado a luchar por la democracia y la justicia social.
Antes de la celebración de la misa de unos 20 minutos y que reunió a familiares y amigos de Niemeyer, la nieta del arquitecto afirmó que "la arquitectura será la representación física de Niemeyer pero la ideológica también. Más que la arquitectura, está el trabajo que hizo a favor de la democracia y la justicia social".
Lúcia explicó que Niemeyer "a pesar de ser ateo siempre pedía la celebración de una misa cuando algún pariente o conocido moría".
El cuerpo de Niemeyer será llevado del Hospital Samaritano al Aeropuerto Santos Dumont donde será trasladado en un avión fletado hasta Brasilia, capital federal del país.
El cortejo hasta el aeropuerto será escoltado por la Guardia Municipal. Después de ser velado en Brasilia, el cuerpo volverá a Río esta noche al Palacio de la Ciudad, sede de la alcaldía donde será velado antes del entierro previsto para este viernes en el cementerio Sao Joao Batista, en Botafogo, barrio carioca de la zona sur.
El laureado arquitecto enfrentó la muerte de su única hija, Anna María, en junio último cuando murió por un enfisema pulmonar a los 82 años y dejó en herencia a sus cuatro hijos una vasta colección de objetos y dibujos personales de Niemeyer que saliórecientemente a subasta por voluntad de los nietos del arquitecto.
Niemeyer murió anoche miércoles en el Hospital Samaritano de Botafogo, donde estaba internado desde el 2 de noviembre.
El veterano creador sufrió una infección respiratoria y complicaciones renales. El próximo 15 de diciembre, Niemeyer habría cumplido 105 años de vida.