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La Franja y la Ruta es una de las iniciativas más importantes del siglo XXI

Actualizado a las 21/03/2019 - 15:20
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Por Robert Lawrence Kuhn

Beijing, 21/03/2019(El Pueblo en Línea) - La Franja y la Ruta es una de las iniciativas más importantes del siglo XXI. Nada es más crucial para la paz y la prosperidad mundiales que la construcción de una infraestructura muy necesaria para el mundo en desarrollo, especialmente para los países más pobres.

Una prioridad de la iniciativa de la Franja y la Ruta es planificar, financiar, construir y operar infraestructura crítica: carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos, centrales eléctricas y telecomunicaciones. Ningún país en el mundo tiene la experiencia de China en la construcción de esta infraestructura. En este sentido, los proyectos de la Franja y la Ruta son racionalmente adecuados para la cooperación ganar-ganar, dentro del marco que busca “lograr un crecimiento compartido a través del diálogo y la colaboración”.

A medida que China continúa transformándose y reestructurando su economía, necesita el crecimiento de alta calidad de sus industrias manufactureras. Aprovechando esta experiencia doméstica, es de gran importancia para China desarrollar nuevos modos de globalización.

La construcción de infraestructura parece ideal, y es justo donde China tiene experiencia y también es precisamente el elemento que los países en desarrollo necesitan para impulsar sus economías. Esta es la esencia del ganar-ganar: los beneficios mutuos hacen sostenible la cooperación de la Franja y la Ruta.

Desde el comienzo, el presidente Xi Jinping ha subrayado que hay que "lograr un crecimiento compartido mediante el diálogo y la colaboración". Este principio rector refleja la política general de China de buscar el ganar-ganar en la cooperación internacional, y mantener relaciones de igual a igual con todos los países.

Hoy en día, en nuestro nuevo y complejo entorno internacional, el principio de "crecimiento compartido a través del diálogo y la colaboración" que promueve China adquiere una importancia aún mayor.

El "diálogo y colaboración" puede garantizar la calidad de los proyectos de la iniciativa de la Franja y la Ruta. Sólo a través de conversaciones detalladas y una colaboración bien engrasada se puede lograr una estructura y operaciones óptimas, algo especialmente relevante para la construcción de infraestructuras. La clave, por supuesto, es mantener el equilibrio de los programas de préstamos, intereses y capitales, con los ingresos previstos razonablemente conservadores, directa o indirectamente, que serán generados por el proyecto en sí, y su inserción en el crecimiento económico nacional o regional.

Un aspecto de la sabiduría de China es que aprender del pasado puede mejorar el futuro. Algunos países en desarrollo pueden no tener experiencia en el diseño de la financiación de grandes proyectos de infraestructuras. Por lo tanto, en los debates de planificación de proyectos, China -que tiene mucha experiencia- puede asesorar y aportar "mejores prácticas". Una vez más, este es uno de los beneficios del "diálogo y colaboración".

"Crecimiento compartido" significa que la cooperación de La Franja y la Ruta toma como esencia el ganar-ganar, y persigue el desarrollo común de todas las partes involucradas. A lo largo de los últimos cinco años, una serie de exitosos proyectos en el marco de la Franja y la Ruta han generado nuevas oportunidades para el desarrollo económico y social de los países receptores.

Lo mejor es tomar en serio el "crecimiento compartido": lo que se comparte es lo que poseen ambas partes. Para los países anfitriones, la infraestructura permite y estimula el crecimiento económico. Y China también cosecha más oportunidades de desarrollo, como la diversificación del comercio, y abre las puertas de sus provincias continentales a escenarios más amplios.

Al impulsar (con el paso del tiempo) las economías de los países en desarrollo, China se beneficia del aumento del comercio, y también lo hace el mundo. La cooperación de la Franja y la Ruta es una iniciativa que busca el beneficio mutuo, resultados ganar-ganar y el crecimiento común.

Desde la perspectiva mundial, la pobreza, el subdesarrollo y las desigualdades profundas son problemas aparentemente inamovibles. El desarrollo económico, catalizado por la construcción de infraestructura, es una parte esencial para sus soluciones. El desarrollo económico debe ser lo primero, y entonces podrán ser abordados otros problemas. Nada bueno puede ocurrir sin crecimiento económico. Esa es la esencia de la experiencia China.

Desde la perspectiva china, después de varias décadas de notable crecimiento, la transformación económica se hace necesaria, y esto incluye la transición industrial, el reequilibrio geográfico dentro del país y la expansión de su apertura para mejorar la globalización. Todo esto se puede lograr mediante la iniciativa de la Franja y la Ruta.

Por supuesto que hay importantes desafíos globales: económicos, financieros, estructurales, ecológicos, inestabilidad política, riesgo político, nacionalismo y terrorismo.

Lo que sí es seguro es que el mundo tiene una gran necesidad, y China tiene un gran plan.

El autor es presidente de la Fundación Kuhn y ha sido condecorado con la Medalla de la Amistad de la Reforma de China. 

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