Un brazo robótico sirve una taza de café a un cliente de Ratio. Este nuevo establecimiento abrió el mes pasado en el centro comercial de arte K11, en pleno centro de Shanghai. El robot puede hacer dos tazas de café late en 90 segundos. Un barista experimentado necesitaría al menos un minuto para hacer una taza. [Foto: Gao Erqiang/ China Daily]
Criaturas sociales
Estas opiniones de los jugadores de la industria reflejan los hallazgos de los científicos de que los seres humanos son criaturas sociales que tienen un deseo innato de conectarse con otros. Pero, ¿podrían los clientes un día decidir que simplemente quieren interactuar con sus amigos en lugar de con baristas o camareros? ¿Esto no deletrearía la muerte de estas profesiones?
Lucky Huang, un cantinero del recién inaugurado bar Alcocase en la calle Changle de Shanghai, ofreció una intrigante visión de la mente humana que sugiere por qué estos profesionales nunca llegarán a ser irrelevantes: los humanos les gusta confiar en los extraños.
"Me he dado cuenta de que el mostrador del bar es mucho más que un mueble donde se sirven cócteles. También es un espacio especial y seguro para algunos clientes", explicó.
"Usted se sorprenderá de cómo, cuando se trata de ciertos asuntos, algunas personas prefieren hablar con un extraño como un camarero en vez de con sus amigos más cercanos."
Los estudios científicos han demostrado el caso. En una encuesta realizada por el sociólogo de Harvard, Mario Luis Small, se descubrió que el 45 por ciento de los participantes habían confiado en personas que no consideraban como amigos íntimos o familiares. Muchos de estos confidentes eran peluqueros, camareros y entrenadores de gimnasia.
Small explicó que esto se debe a que algunas personas podrían querer evitar el juicio de un amigo cercano acerca de un tema polémico, preocuparlo o mezclar sus problemas.