Por Zhang Niansheng, Wu Lejun, Hu Zexi y Zhang Mengxu, Diario del Pueblo
Beijing, 10/04/2018 (El Pueblo en Línea) - La mezquindad del proteccionismo comercial, expresada en las recientes medidas adoptadas por los Estados Unidos, revela su impotencia para mejorar su competitividad en el ámbito mundial, precisaron expertos, después de que la Oficina del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) publicara este martes -a pesar de la fuerte oposición de China y grupos empresariales de EE.UU.- un proyecto de lista de productos chinos sujetos a aranceles adicionales del 25 por ciento.
La lista, que abarca aproximadamente 1.300 productos importados desde China, está basada en la denominada Sección 301 sobre presuntos manejos chinos relacionados con la propiedad intelectual y la transferencia de tecnología, a partir de una investigación presentada por la administración Trump en agosto del 2017.
La restricción de las medidas emprendidas por los Estados Unidos se concentra principalmente en las industrias tecnológicas, aeroespacial, tecnología de la información y de la comunicación, la robótica y la maquinaria, citando como excusa el plan "Made in China” 2025, que tiene como crucial objetivo modernizar el sector manufacturero del país.
Pero los expertos ya determinaron que el déficit comercial de EE.UU. con China debería achacarse a largo plazo a los controles discriminatorios de la exportación hacia China, así como al estricto control sobre las exportaciones de alta tecnología.
El déficit comercial de China con los Estados Unidos disminuiría entre un 24 a un 34 por ciento si Washington liberalizara sus exportación a China al mismo nivel que mantiene con Brasil o Francia, precisó un informe publicado por la Fundación Carnegie para la Paz Mundial.
También el déficit podría reducirse si EE.UU., basado en la consulta, flexibiliza sus restricciones sobre las exportaciones a China de alta tecnología, subraya el citado informe, agregando que tal medida también contribuirá a satisfacer las demandas chinas de actualización tecnológica.
“Como la conocemos actualmente, en la cadena de suministro global China ocupa un lugar destacado en algunos sectores de manufactura avanzada, y es difícil encontrar una alternativa a corto plazo”, aseguró Yukon Huang, investigador de la Fundación Carnegie para la Paz Mundial.
“Dentro de este contexto, las empresas estadounidenses tendrán que pagar costes adicionales por los productos fabricados en China y luego tendrán que transferir ese gasto a los consumidores”, explicó Huang, también exdirector para China del Banco Mundial, agregando que “el ciudadano estadounidense será la verdadera víctima, ya que sus empleos y capacidades adquisitivas se verán afectados”.
Un 25% de arancel sobre los productos y piezas chinas de tecnología de la información y comunicación podría ralentizar -a lo largo de una década- el crecimiento de la producción por valor de 332 mil millones de dólares, estimó la Fundación de Innovación de EE.UU. (ITIF, por sus siglas en inglés).
Como resultado de la decisión, los Estados Unidos sufrirán por una menor inversión en tecnología de la información y comunicación, menor creatividad, disminución de la productividad y debilidad competitiva, debido a que los productos tecnológicos constituyen un factor clave para el crecimiento de la productividad de los productos básicos y las industrias de servicios, advirtió el citado informe.
No hay motivos para culpar a la transferencia de tecnología ya que la cooperación comercial ha funcionado por consenso.
"Estamos en un proceso de aprendizaje conjuntos", indicó Jochem Heizmann, jefe ejecutivo de la división de operaciones de Volkswagen China al New York Times, acerca de la transferencia de tecnología dentro de la industria china de automóviles de energías alternativas.
"Y el proceso es mucho más rápido a lo estamos acostumbrados", agregó.
La dilapidada cooperación entre China y EE.UU. en el sector aeroespacial puede enseñarle una lección a Estados Unidos. Los departamentos gubernamentales del país había objetado la cooperación bilateral bajo el temor de que tal acercamiento permita una fuga de tecnología de punta y, en consecuencia, la obtención de ventajas tecnológicas, especialmente en el segmento militar, indicó el profesor Joan Johnson-Freese, especialista en asuntos de seguridad nacional de la Escuela de la Marina de Guerra de EE.UU. al Diario del Pueblo.
Sin embargo, el sector comercial prevé una cooperación más estrecha con China, basado en la idea de que esta manera pueden aprender más sobre las tecnologías chinas de avanzada y contribuir a la exploración del espacio exterior sobre la base de un buen modelo de cooperación internacional favorable para la humanidad, añadió el profesor.
Los responsables de la toma de decisiones conservadoras finalmente ganaron el debate, rechazando la posibilidad de estrechar la cooperación bilateral en este ámbito, puntualizó Johnson-Freese.
La tecnología aeroespacial china, especialmente la comunicación cuántica, avanza a un ritmo acelerado, superando las expectativas de EE.UU.
"El próximo paso sería que EE.UU. reforzara su cooperación con China, pero ya han perdido un tiempo precioso", concluyó Johnson-Freese.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)