El intersticio, representado en la imagen, está bajo la piel y recubre pulmones, vasos sanguíneos, músculos, etc - Illustration by Jill Gregory. Printed with permission from Mount Sinai Health System
Nueva York, 29/03/2018 (El Pueblo en Línea) - Científicos de Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York (EE.UU.) han encontrado un nuevo órgano en el cuerpo humano. Se trata del llamado «intersticio». Es una red de tejidos de conexión rellenos de líquido que están situados bajo la piel y que recubren a otros muchos órganos. Hasta ahora había pasado desapercibido porque las técnicas de observación anatómica, que se centran en fijar las muestras de los tejidos con productos químicos, no permitían observarlo. En general, se hablaba de un espacio intersticial, situado entre las células, pero no de un órgano en sí, según ABC.
«Este descubrimiento tiene el potencial de llevar a avances dramáticos en medicina, incluyendo la posibilidad de que tomar muestras del fluido intersticial se convierta en una potente herramienta de diagnóstico», explica en un comunicado Neil Theise, médico e investigador en la Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York y coautor del estudio.
Según un artículo publicado en Scientific Reports por este y otros autores, el intersticio tiene una gran importancia para el funcionamiento de todos los órganos y el comportamiento de la mayoría de las enfermedades importantes. Entre estas, destaca el cáncer, porque en ocasiones puede propagarse a través de esta red.
El intersticio está situado bajo la piel y recubre al menos el sistema digestivo, el sistema excretor, los pulmones, las arterias, las venas y los paquetes de células de las fibras musculares. De este modo, todos ellos quedan interconectados por un sistema de compartimentos de líquido.
El intersticio resulta ser uno de los mayores órganos del cuerpo humano, junto a la piel. Está compuesto por una estructura de colágeno y elastina, dos proteínas que le dan fuerza y elasticidad, respectivamente. Ambas forman un «andamio» que está relleno de líquido, y el resultado es que el órgano funciona como un amortiguador para los movimientos de las vísceras, músculos y vasos sanguíneos, que se producen como consecuencia del bombeo de la sangre o del movimiento natural del cuerpo.