BEIJING, 19 jun (Xinhua) -- Tras invertir más de 6.000 millones de euros en China a lo largo de dos décadas, el grupo químico BASF inauguró recientemente en Shanghai una nueva planta de productos emolientes y ceras.
La planta costó 150 millones de yuanes (unos 22 millones de dólares), lo que la convierte en la mayor inversión en producción de emolientes de la región Asia-Pacífico. La compañía también ha establecido en Shanghai su Campus de Innovación Asia Pacífico.
Pese al contexto de ligera retirada de la inversión extranjera directa (IED), la expansión de BASF da muestra de la confianza de los inversores en la actualización industrial de China.
La IED en la parte continental de China se redujo un 3,7 por ciento interanual en mayo hasta 54.670 millones de yuanes, en línea con la tendencia precedente a la baja, según los datos del Ministerio de Comercio.
El descenso siguió a otro previo, también moderado, en abril, cuando la IED cayó un 4,3 por ciento respecto al registro del año previo, y contrasta con la subida del 6,7 por ciento de marzo.
Pese a la bajada general de la IED, la inversión foránea en el sector servicios de la parte continental, especialmente en alta tecnología y servicios modernos, mantuvo un crecimiento estable.
En los primeros cinco meses de 2017 se registraron 12.159 nuevas empresas de capital extranjero, una subida del 11,9 por ciento. El sector servicios de alta tecnología recibió 48.640 millones de yuanes de capital extranjero, lo que supuso un alza interanual del 20,5 por ciento, según dicha cartera.
Por lo que se refiere al sector de la manufactura, la IED en manufactura de equipos de comunicaciones dio en esos cinco meses un salto del 46,6 por ciento.
"Los inversores foráneos en China van abandonando gradualmente los sectores que requieren de elevada mano de obra en favor de otros que dependen más de la tecnología", señaló el profesor de la Universidad de Fudan Sun Lijian.
Gracias a que las mejoras estructurales han amortiguado las presiones a la baja a largo plazo, el crecimiento económico de China se mantuvo estable en los primeros cinco meses, en los que varios indicadores clave de los servicios crecieron rápidamente.
El Buró Nacional de Estadísticas (BNE) informó el miércoles pasado de que el crecimiento del sector servicios en mayo fue del 8,1 por ciento, ritmo idéntico al de abril y en consonancia con la tendencia registrada desde el principio del año. Los datos confirman la tesis de que la actual transición entre modelos de crecimiento está dando nuevo impulso a la segunda mayor economía del mundo.
El sector servicios representó más de la mitad del volumen de la economía china el año pasado. Las estadísticas del BNE muestran que este sector tiene un peso mayor que el secundario en el 60 por ciento de las regiones de nivel provincial.
"La experiencia internacional ha demostrado que la distribución de la inversión extranjera varía con el desarrollo económico y los ajustes estructurales", aseguró Bai Ming, del Ministerio de Comercio.
El profesor Sun razonó que el enorme potencial de mercado de China, los abundantes recursos humanos y la madurez sectorial son muy atractivos para el capital de alto valor añadido, y que muchas empresas extranjeras han situado sus centros de investigación y desarrollo en China.
Shanghai cuenta en la actualidad con más de 400 centros de investigación y desarrollo de empresas extranjeras que aportan las herramientas para que la ciudad se inserte en la red global de innovación.
"Las empresas extranjeras más competitivas encuentran en China un mejor destino de sus inversiones", apuntó Sun.
Por otra parte, China ha reducido el listado de disciplinas vetadas a la inversión extranjera, lo que ha supuesto un nuevo paso en la apertura de su vasto mercado.
Falta poco para que entre en vigor un catálogo revisado de guía para la inversión extranjera en China que disminuirá las restricciones a la propiedad foránea en los campos de la electrónica aplicada a la automoción, las baterías de vehículos de nueva energía, las motocicletas y otros sectores, según el Ministerio de Comercio.
El nuevo catálogo se aprobó el mes pasado en la 35ª reunión del Grupo Dirigente Central para la Profundización de la Reforma Integral, que instó a seguir abriendo sectores como los servicios, la manufactura y la minería.
Un borrador del catálogo sometido previamente a exposición pública preveía que el número de sectores vetados o con límites a la inversión extranjera se reduciría de 93 a 62.
Esta reforma fue tomada como una nueva medida de calado por parte de China para abrir su economía en un contexto internacional en el que el proteccionismo está al alza.
El país está dando decididos pasos para reducir las cortapisas a los inversores extranjeros. Se ha abierto el acceso de la inversión extranjera a más sectores en las zonas de libre comercio del país, y el año pasado se enmendaron leyes para simplificar las licencias para compañías foráneas.
Más del 95 por ciento de las nuevas empresas extranjeras en China ya no tienen hoy que recibir el permiso del gobierno para establecerse, y los procedimientos de registro pueden completarse en menos de tres días donde antes tardaban más de 20, según el viceministro de Comercio, Fang Aiqing.
Las autoridades también han prometido tratar del mismo modo a las empresas extranjeras que a las nacionales en lo referido a las solicitudes de licencia, fijación de estándares y contratación pública.