Medios brasileños apuntaron hoy inconsistencias en la defensa pública que el presidente Michel Temer ha hecho ante las denuncias surgidas por su encuentro con el empresario Joesley Batista, quien grabó la conversación y la entregó a la Procuraduría General de la República (PGR).
Temer afirmó en una entrevista al diario "Folha de Sao Paulo" difundida este lunes, que el 7 de marzo pasado recibió a Batista, propietario del grupo de cárnicos JBS, creyendo que su visita al Palacio de Jaburu (residencia del mandatario) era con motivo de la operación "Carne Débil".
El problema es que la operación, que reveló la venta de carne en mal estado por parte de empresas frigoríficas, ocurrió el 17 de marzo, es decir, 10 días después de la conversación.
"Vea, él es un gran empresario. Cuando intentó muchas veces hablar conmigo, pensé que era una cuestión de (la operación) 'Carne Débil'. Le dije 'Venga cuando pueda, yo atiendo a todo el mundo'", dijo Temer a "Folha de Sao Paulo".
El mandatario brasileño comentó al periódico que al recibir al empresario "no sabía" que era objeto de investigación.
En ese momento, era público que el propietario de JBS era blanco de tres operaciones (Sepsis, Cui Bono y Greenfield).
La semana pasada, el Palacio de Planalto (sede del gobierno federal) distribuyó además un comunicado en que afirmó que Joesley Batista "estaba siendo objeto de investigación".
Por esta razón, según explicó el comunicado, "el presidente no creía en la veracidad de las declaraciones" de Batista, que se vanagloriaba de comprar jueces y a un procurador.
Al comentar la posibilidad de renuncia, Temer reafirmó al "Folha de Sao Paulo" que no renunciará y que "si quieren, que me derriben".
El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil analizará el próximo 24 de mayo el pedido del presidente para suspender la investigación en su contra por obstrucción de la justicia, asociación ilícita y corrupción pasiva.
El mandatario alega que la grabación divulgada fue editada para perjudicarlo y pidió un peritaje oficial sobre el archivo de audio entregado por Batista a los fiscales.