Un nuevo análisis realizado por investigadores de la Universidad de Washington (UW) encontró que los niños desconocen la capacidad de sus juguetes conectados a Internet y que los padres de familia tienen numerosas inquietudes con respecto a la privacidad.
El estudio explora las actitudes y las inquietudes tanto de los padres de familia como de los niños que juegan con juguetes conectados a Internet.
Los juguetes pueden bromear con los niños, responder, con un nivel sorprendente de detalles, las preguntas formuladas por los jóvenes usuarios, registrar la voz de los niños que interactúan con ellos y almacenar esas grabaciones en la nube, lo que ayuda a los juguetes a volverse "más inteligentes".
A través de una serie de entrevistas y observaciones de fondo, los investigadores encontraron que los niños no saben que sus juguetes graban sus conversaciones y que los padres en general se preocupan por la privacidad de sus niños cuando juegan con estos juguetes.
"Estos juguetes que pueden grabar y transmitir están entrando a un sitio que histórica y legalmente ha estado muy bien protegido: el hogar", dijo Emily McReynolds, directora asociada del Laboratorio de Política Tecnológica de la UW y una de las autoras del estudio presentado esta semana en la Conferencia CHI 2017 sobre Factores Humanos en los Sistemas de Computación.
"Las personas tienen perspectivas diferentes con respecto a su propia privacidad, pero esto se cristaliza cuando se da un juguete a un niño", dijo.
Los investigadores realizaron entrevistas con nueve pares de padres de familia-hijos y a cada uno de ellos se les formularon preguntas que fueron desde si al niño le gusta el juguete y si le contaría un secreto hasta si el padre o madre compraría el juguete o compartiría en las redes sociales lo que el menor le dijo.
También observaron a los menores, todos de entre 6 y 10 años de edad, jugando con Hello Barbie, una muñeca que graba y analiza las conversaciones privadas del niño, y con CogniToys Dino, dinosaurios inteligentes de juguete habilitados con Wi-Fi que afirman que "aprenden y crecen con los niños".
Estos juguetes fueron elegidos para el estudio porque se encuentran entre los líderes de la industria por sus medidas de privacidad declaradas. Hello Barbie, por ejemplo, tiene un amplio proceso de permisos de los padres de familia cuando se programa y ha sido elogiada por sus fuertes prácticas de encripción.
La mayoría de los padres de familia se mostraron preocupados por la privacidad del niño al jugar con estos juguetes. Todos señalaron que quieren controles parentales como la posibilidad de desconectar a Hello Barbie de Internet o de controlar el tipo de preguntas que los juguetes pueden responder.
Los investigadores recomendaron a los diseñadores de juguetes borrar las grabaciones después de una semana o dar a los padres de familia la capacidad de borrar conversaciones de forma permanente.
Como mínimo, señalaron los investigadores, los diseñadores de juguetes deben crear un sistema para que los dispositivos informen a los niños que los están grabando, como por ejemplo, haciendo que Hello Barbie diga "Yo recuerdo todo lo que me dices", en lugar de sólo tener una luz roja que indica que está grabando y que puede no tener sentido para los niños en ese contexto.
Los investigadores esperan que este análisis inicial de las inquietudes sobre privacidad de los padres de familia y los niños sirvan de información para les leyes sobre privacidad y para los diseñadores porque estos dispositivos seguirán entrando al mercado y a los hogares.