Una mujer gasta 726 dólares al mes viajando entre dos ciudades
Jiang entrando en el metro de Beijing, el 14 de febrero de 2017. [Foto / VCG]
Hebei, 22/02/2017 (El Pueblo en Línea) - En la noche del 15 de febrero, Jiang Jingzi, con sueño y cubierta de ropa para protegerse del frío del invierno, camina rápidamente hacia el estacionamiento frente a la estación de ferrocarril de Cangzhou, una pequeña ciudad de la provincia de Hebei, en el norte de China.
Por enésima vez, Jiang regresa a casa en Cangzhou por la noche, después haber estado trabajando todo el día en Beijing.
Durante un año entero, Jiang mantuvo esta rutina diaria. Se despertaba a las 6:10 de la mañana, iba en taxi hasta la estación de tren de Cangzhou a las 6:50 y se subía al tren de alta velocidad de las 7:23, que llegaba a Beijing 58 minutos más tarde. Todos los días llegaba a su trabajo a las 9:15 de la mañana después de completar la última parte del recorrido en metro.
El transporte interurbano ha sorprendido a muchos por su larga distancia, y altas tarifas. El taxi me cuesta 15 yuanes (2,20 dólares), el tren de alta velocidad 94,5 yuanes (13,70 dólares) y 4 yuanes más (60 centavos) para el viaje en metro. Eso suma 225 yuanes (33 dólares) diarios para ir a trabajar, que asciende a casi 5.000 yuanes (726 dólares) al mes.
Aunque esta cantidad deja a muchos boquiabiertos, Jiang Jingzi sonríe por sus propias razones.
Después de su graduación universitaria en Beijing en 2009, Jiang decidió quedarse en la ciudad.
A finales de 2011 conoció a su esposo, que trabaja para Beijing Hyundai Motor. Cuando se casaron, la pareja tenía su propia casa cerca de la sexta circunvalación en el este, y ambos tardaban cerca de dos horas en su viaje diario al trabajo.
En 2015, el marido de Jiang fue trasladado a Cangzhou, dejando a Jiang y a su bebé de 1 año en Beijing.
Seis meses más tarde, Jiang decidió iniciar una vida entre dos ciudades. Antes de eso, el marido de Jiang había pensado en buscarle un nuevo trabajo en Cangzhou, pero Jiang se negó porque no quería renunciar a su carrera en Beijing.
"Me sorprendió que yo misma pudiera aguantar el viaje durante tanto tiempo", dijo Jiang, mientras arreglaba todos los billetes que había recogido en el último año.
"Admiro lo que ha hecho por mí y por nuestra familia", dijo su marido. La persistencia de Jiang también ganó el apoyo de su familia.
Jiang dijo que era consciente del alto coste del transporte, pero dijo que todo valía la pena mientras la familia pudiera estar junta todos los días.