Un estudio indica que la mayoría de los noruegos que han sufrido un ataque cardiaco no pueden renunciar a los estilos de vida poco saludables incluso después de experimentar un infarto potencialmente fatal, informó hoy el diario Aftenposten.
Tres de cada cinco fumadores siguen fumando, 81 por ciento batallan con el sobrepeso y 60 por ciento realizan poca o ninguna actividad física. Además, muchos de ellos no reciben los medicamentos apropiados, indicó el informe.
Estos resultados desalentadores indican que sólo dos por ciento de los pacientes se las arregla para seguir la recomendación de reducir todos los factores conocidos de riesgo de enfermedades cardiovasculares. La mayoría no tiene control sobre tres o más factores de riesgo.
El infarto al miocardio, comúnmente conocido como ataque cardiaco, afecta a más de 13.000 noruegos al año y sigue siendo una de las causas más comunes de muerte en el país.
Una significativa proporción de pacientes que han presentado un ataque cardiaco lo vuelven a sufrir unos años más tarde.
Cerca del 90 por ciento de los riesgos de sufrir un ataque cardiaco se asocian con hábitos de estilo de vida poco saludables como el tabaquismo, la obesidad y una actividad física insuficiente.
Una presión arterial elevada, un colesterol alto y una diabetes mal regulada también son factores de riesgo conocidos.
El nuevo estudio indica que más de la mitad de todos los pacientes noruegos continúan con estilos de vida poco saludables después de un infarto.
Aunque a la mayoría de los pacientes se les recetan medicamentos, sólo la mitad de los pacientes en tratamiento alcanzaron el objetivo en cuanto a presión arterial.
Tres de cada cinco tuvieron niveles de colesterol desfavorables y tres de cada cinco diabéticos presentaron un nivel alto de azúcar en sangre en el largo plazo.
Los resultados son desalentadores y sorprendentes, dijo John Munkhaugen, jefe de la sección de enfermedades cardiacas del departamento médico del Hospital Drammen y líder del estudio.
El investigador está tratando de determinar ahora el motivo por el cual la atención médica no tiene mejores resultados en el tratamiento y seguimiento de este importante gran grupo de pacientes.
"Este conocimiento es necesario para evitar ataques cardiacos futuros y muertes prematuras", dijo Munkhaugen al diario.
Munkhaugen agregó que los pacientes cardiacos son dados de alta de los hospitales cuatro días después de sufrir un infarto.
El ministro de Salud de Noruega Bent Hoie dijo que el estudio demuestra lo difícil que es cambiar el estilo de vida.
"Incluso después de una experiencia tan dramática como un ataque cardiaco, resulta fácil volver a los viejos hábitos. Creo que todo el mundo puede reconocer que es difícil cambiar el estilo de vida", dijo.
Hoie agregó que es importante que el fomento a la salud siga centrándose en reducir la sal, el azúcar y las grasas en los alimentos.