Nunca nos falta afecto
Los seres queridos, amigos e incluso desconocidos nos ayudan sin vacilar, comparten nuestras penas, o nos acompañan en momentos en que nos encontremos en peligro, sufrimiento o padezcan consternación.
Un hombre y su hija se abrazaron después de mucho tiempo de separación el 26 de noviembre en un campamento de refugiados en Irak. (Xinhua/Reuters)