Última hora:  
español>>Opinión

China no está tratando de gobernar los mares

Actualizado a las 01/07/2016 - 17:31
Palabras clave:Mar Meridional de China,Gran Bretaña

Por Liu Xiaoming

Beijing,01/07/2016 (El Pueblo en Línea) -"¡Gobierna Britannia, gobierna las olas!" Este fue el himno de la Marina Real Británica, cuando el Imperio estaba tomando forma. Ese poder naval fue la fuerza que permitió a Gran Bretaña dominar el mundo hace 250 años.

Hoy en día, algunos sugieren que China está cantando la versión del siglo XXI de esta famosa elegía, pero con nuevos versos: "¡China, gobierna las olas!" Esos analistas infieren que China quiere convertir el Mar Meridional de China en el "lago chino del sur", mediante la construcción de bases militares y bloqueando la libertad de navegación.

Pero... ¿Es cierto que China está siendo anacrónica en su accionar? ¿Es apropiado anunciar que China está "militarizando" y buscando el control del Mar Meridional de China, o incluso tratando de "gobernar las olas", simplemente sobre la base de los esfuerzos de construcción de instalaciones defensivas chinas en algunas de sus propias islas?

La verdad es que China, desde hace siglos, fue el primero en descubrir y nombrar las islas y arrecifes en el Mar Meridional de China. También fue el primero en participar en actividades de desarrollo y ejercer su jurisdicción administrativa.

China tiene la soberanía sobre las islas y arrecifes del Mar Meridional de China, sin embargo actualmente mantiene el control de sólo unos pocos, ya que más de 40 de ellos han sido ocupados durante las últimas décadas por parte de otros estados vecinos, incluyendo a Vietnam y Filipinas. Una vez ocupados, han reclamado esas tierras y allí han construído instalaciones con el fin de reforzar su control. Mientras tanto, en la mayoría de las islas y los arrecifes bajo control de China, las condiciones de vida son difíciles, aparte de la situación en la isla Taiping que alberga a Taiwán.

Ante el grave y creciente desequilibrio en el Mar Meridional de China, como dueño de las islas y los arrecifes, China necesita una presencia visible que reafirme su soberanía. En cierto sentido, se trata de un esfuerzo de "reequilibrio".

Después de todo, en política internacional y en las negociaciones diplomáticas hay que ser realista. Desalojar a los ocupantes ilegales es siempre difícil para los propietarios. Sin embargo, es un acto necesario, ya que se trata de mantener el control. La falta de acción no puede ser una respuesta al oportunismo de los intrusos.

Por lo tanto, el aumento de la presencia de China en el Mar del Sur de China no es un intento de "gobernar las olas". China reclama la soberanía y los derechos históricos sobre sus islas y arrecifes. Esto no significa un reclamo de todo el Mar Meridional de China, y menos aún un intento de convertirlo en el "lago de China".

Como el Mar Meridional de China es una ruta de transporte marítimo fundamental, China nunca ha impedido la legítima y legal libertad de navegación.

El verdadero peligro proviene de los países que no forman parte de la región, que inventan pretextos para realizar acciones militares en el Mar Meridional de China con el objetivo de provocar y obligar a China a intensificar la defensa como respuesta. De esa manera, intentan atrapar a China en un juego, impuesto desde el exterior, en el cual China no tenga la posibilidad de apagar o encender el botón, sino que reaccione a las provocaciones.

Otro factor para avivar la tensión es el espejismo de un puñado de países de la región que sienten que tienen un fuerte respaldo. China no intimida a sus vecinos más pequeños. La realidad es que China está siendo acosada por esos mismos vecinos. Un ejemplo típico es el arbitraje iniciado por Filipinas, aupada en un supuesto respaldo de un país grande. Pero estos pequeños países no son más que piezas en el tablero de ajedrez de la superpotencia y algún día acabará el respaldo, cuando acabe la utilidad. Las superpotencias utilizan a Asia para ir y venir. Hay que mirar más allá de la Bahía Cam Ranh y la Bahía de Subic.

La cuestión del Mar Meridional de China es una prueba de la sabiduría diplomática de China y su coherencia estratégica. China tiene que mantener con firmeza su soberanía en el ejercicio de un nivel de auto-control. Lo último que China quiere es ser arrastrada hacia un conflicto armado. Tampoco aceptará cualquier arbitraje de terceros y convocado unilateralmente.

El asunto del Mar Meridional de China no es irresoluble. Desde un principio, China propuso dejar a un lado las disputas y participar en un diálogo en pos del desarrollo conjunto. Este principio se mantiene incolumne. Como una solución viable, China ha propuesto el "enfoque de la doble vía": las disputas pertinentes deben resolverse a través de la negociación y la consulta, siempre por parte de los países directamente involucrados. Este enfoque se basa en hechos históricos y en el derecho internacional, de modo que la paz y la estabilidad en el Mar Meridional de China deben ser protegidas conjuntamente por China y los países miembros de la ASEAN.

La cuestión del Mar Meridional de China es una piedra de toque para todos los países pertinentes. Esperamos que algunos países de esta región no fuercen ni intensifiquen los conflictos, en detrimento de la cooperación regional. También esperamos que puedan trabajar con China para gestionar con eficacia las diferencias, salvaguardar la estabilidad y explorar un nuevo modelo de cooperación.

En cuanto a la conducta de cualquier país situado fuera de la región, es crucial que se abstengan de provocar, tratar de enfrentar un país con otro y aumentar el despliegue militar en la zona.

Esperamos que los países de otras regiones sean imparciales y apoyen los esfuerzos de China para resolver las disputas a través de negociaciones bilaterales con los países directamente involucrados.

En el mundo de hoy no se va a repetir la expansión colonial de los siglos XVII y XVIII ni los conflictos entre las potencias europeas de finales del siglo XIX. Tampoco volverán los años de la Guerra Fría.

China es un país amante de la paz y con una cabal comprensión de las lecciones históricas sobre el ascenso y caída de las grandes potencias. Por tradición, China no alienta la búsqueda de una hegemonía ni tiene interés ni motivación para hacerlo.

El camino que China continuará a seguir es el camino de desarrollo pacífico.

 

El autor es el actual embajador de China en Reino Unido. Este artículo fue publicado, por primera vez, el 23 de junio de 2016 en el sitio web Mundial Post. 

PTV videoMás

1

EnfoqueMás

ColumnistasMás