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Avanzar de la disputa en el Mar Meridional de China a la cooperación chino-filipina de beneficio recíproco

Actualizado a las 09/05/2016 - 13:30
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Por Luo Jun

BEIJING, 9 may (Xinhua) -- Para quien gane las elecciones generales de Filipinas el lunes, mejorar la vida del pueblo es indudablemente una prioridad máxima, y ese esfuerzo sería innecesariamente más difícil sin una relación saludable con China.

Como segunda mayor economía mundial y principal socio comercial de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), de la cual Filipina es un importante miembro, China ha realizado grandes contribuciones al desarrollo de una región dinámica, integrada en su mayoría por economías emergentes.

Con el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) abriéndose paso con nuevos proyectos y el ímpetu que acumula gradualmente el programa de la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI, parte de la iniciativa china de "la Franja y la Ruta", se presentan nuevas oportunidades muy promisorias para los países de la región, incluido Filipinas.

Desafortunadamente, durante los últimos más de seis años, con la presidencia de Benigno Aquino, el país del Sudeste Asiático ha caído cada vez más bajo la influencia de los belicistas en Washington y Tokio, mientras consigue pocos beneficios y progresos reales para su pueblo.

Buscando respectivamente el "reequilibro de Asia-Pacífico", una estrategia interpretada ampliamente como una acción destinada a contener a una próspera China, y la expansión del poder militar, Estados Unidos y Japón han aprovechado las disputas territoriales no resueltas en el Mar Meridional de China como una perfecta excusa para crear tensión y entrometerse.

El papel de Filipinas en la una vez pacífica región, ante la mirada de los políticos de línea dura en Washington y los extremistas de derecha en Tokio, es claramente la de apenas un peón, pues a estos solo les interesa el establecimiento de bases militares y la venta de armas a ese país.

Aquino fue ingenuo al pensar que podía utilizar la influencia de Washington y Tokio para tomar ventaja sobre Beijing en el Mar Meridional de China, pues China es un sincero socio de diálogo y cooperación en la región. Mientras, los entrometidos estarán encantados de ver resentimiento y confrontación, aun a costa de los filipinos.

También fue una grave equivocación estratégica de Aquino distraer el foco de atención de la ASEAN del desarrollo económico y social hacia las disputas bilaterales, lo que crea una innecesaria división y entorpece la tarea esencial del bloque regional.

Manila podría hacerse escuchar mejor a través de una ASEAN fuerte e independiente, mientras que ser una marioneta del Tío Sam e intentar manipular al bloque no ayudará en lo absoluto.

Con planes sólidos como la "Iniciativa de la Franja y la Ruta" y el BAII dirigidos a promover la cooperación, el desarrollo y la integración regionales, China ha demostrado con acciones su verdadera aspiración a la cooperación de beneficio recíproco y la prosperidad común.

Resulta muy aconsejable para la nueva administración en Manila entender quién es su verdadero amigo, y unirse a Beijing en el diálogo y la cooperación para superar sus diferencias, y así salvaguardar la paz, la estabilidad y el desarrollo en Asia-Pacífico.

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