Puerto de Tianjin. [Foto: Zhang Chenlin]
“Para las empresas extranjeras de los países desarrollados, las zonas francas de China puede ayudarle a establecerse con rapidez dentro del abanico de importantes mercados como los servicios de salud y educación”, destacó Liu Chenyang, investigador del centro de estudios APEC de la Universidad de Nankai, en Tianjin.
20 de las 31 provincias, municipalidades y regiones autónomas de China continental han hecho bien las cosas, presentando al Gobierno Central sus proyectos para establecer zonas francas en sus áreas administrativas.
Liaoning, Henan, Hainan y la región autónoma de Ningxia Hui ya han incluido oficialmente las zonas francas en sus planes para el 2016.
Muchos especialistas y funcionarios consideran que hay muchas probalidades de que estas provincias logren luz verde por parte del Gobierno Central. Se espera que un nuevo lote de zonas francas sean concedido durante la primera mitad del año, aunque no cubrirá a todas las provincias.
China en este momento tiene 4 zonas francas costeras. La primera se estableció en Shanghai hace más de 2 años. Las restantes se encuentran en Tianjin, Fujian y Guangdong.
En diciembre, el Consejo de Estado emitió sus "instrucciones para acelerar la tramitación de la ejecución de la estrategia de las zonas de libre comercio", donde se comprometió a construir más zonas francas.
Lo más probable es que el nuevo lote dará prioridad a las zonas del interior que juegan un papel clave en las iniciativas de “El Cinturón y la Ruta”, proyectos que conectan con Eurasia.
Tang Wenhong, director general del Departamento de Administración de la Inversión Extranjera del Ministerio de Comercio, afirmó que también se espera que el nuevo lote de zonas de libre comercio aumente la competitividad de China en la región Asia-Pacífico.
Li Xi, secretario del Partido Comunista de China en la provincia de Liaoning, enfatizó que espera que el Gobierno Central apruebe la Zona de Libre Comercio de Dalian, para ayudar a la provincia a revertir el rápido descenso de su actividad industrial.
"La Zona de Libre Comercio de Dalian no será una copia de las demás. Estará más integrada regionalmente, diferenciando sus propias funciones y respaldada por una sólida base industrial y su posicionamiento estratégico en relación con Japón, Rusia, Mongolia y la Península de Corea”, detalló Li.
Bai Ming, investigador de la Academia del Comercio Internacional y Cooperación Económica de China, opina que “una zona de libre comercio en Dalian -centro de transporte marítimo internacional y centro financiero regional del noreste de Asia- podría aumentar el volumen de comercio entre los mercados de ultramar y las provincias del noreste de China y la región autónoma de Mongolia Interior”.
En particular, podría ayudar al crecimiento de Liaoning, que sufre una disminución de la demanda de sus exportaciones y el aumento de los salarios.
"Para mantener un crecimiento sostenible, las autoridades locales deben prestar mucha atención a la constante creación de empleo y diseñar nuevas zonas de libre comercio", advierte Bai.
Por el momento, las zonas de libre comercio constituyen sólo una pequeña parte de la economía de China. Sin embargo, pudieran representar un importante futuro escenario para el éxito comercial. A largo plazo, se espera que la economía y el sistema económico de todo el país se asemeje más al concepto actual de las zonas de libre comercio. Sus graduales aperturas ayudarán a China a moverse en un entorno empresarial global más competitivo y de mayor colaboración.