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Cuatro décadas después, China busca un mayor protagonismo en la globalización

Actualizado a las 11/12/2015 - 09:21
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Cuando Luo Feng visitó Sri Lanka hace años, se dio cuenta de que los productos más populares en la tienda libre de impuestos del aeropuerto no eran los cosméticos o chocolate, sino que eran arroceras y lavadoras. El hombre de negocios chino vio una oportunidad.

Luo es fundador y presidente del Grupo IZP Technologies de Beijing, una plataforma de macrodatos y pagos transfronterizos. Encontró que las exportaciones chinas al Sudeste Asiático estaban sujetas a altos aranceles mientras que la gente de Sri Lanka necesitaba electrodomésticos asequibles.

"¿Por qué no establecer una fábrica aquí?", se preguntó. Así llegó a la idea de que los fabricantes chinos podían invertir en Sri Lanka para producir y vender electrodomésticos sin aranceles de importación.

En un intento de alcanzar su objetivo, y en cooperación con el Grupo China Merchants, IZP está mejorando las infraestructuras de Sri Lank en puertos y transporte. La compañía también está considerando comprar un aeropuerto como zona de libre comercio.

No han pasado más de cuatro décadas desde que China abrió sus puertas al mundo exterior. De un país donde la pobreza era casi generalizada y estaba aislado, se ha convertido en la segunda economía del mundo con una integración intensiva con el mundo entero.

Mark Bartlam de la Universidad de Nankai, en la municipalidad septentrional de Tianjian, ha sido testigo en primera persona de estos cambios. Tras obtener un doctorado de la Universidad de Oxford en 2000, vino a China para continuar con su trabajo en bioquímica.

"El sistema de investigación de China se está convirtiendo en más internacional y abierto. Puedes encontrarte con científicos extranjeros en los centros universitarios chinos. Las universidades están contratando gente de todas las partes del mundo", apuntó Bartlam.

El investigador añadió que en 2000 no había políticas especiales que pudieran tratar a los científicos foráneos que trabajaban en China en igualdad en términos de solicitud de financiación.

"Por aquel entonces me era muy difícil, pero ahora puede obtener tantos fondos como mis colegas chinos", indicó, refiriéndose a los esfuerzos de las universidades chinas para atraer más investigadores de primer nivel de todo el mundo.

Para los ciudadanos chinos a pie de calle, la mayor integración con el mundo significa que tienen más posibilidades en sus listas de la compra.

"Un beneficio directo para mucha gente es el fácil acceso a los productos foráneos gracias al auge del comercio en línea transfronterizo. Como los sistemas de aduanas y cuarentena se han simplificado, los productos importados se están abaratando", explicó Liu Enzhuan, decano ejecutivo de la Academia de la Zona de Libre Comercio de Tianjin.

Los negocios de comercio en línea transfronterizos pueden evitar tarifas e impuestos de valor añadido de hasta el 30 por ciento. Un creciente número de plataformas de comercio electrónico transfronterizo están haciendo negocios en ocho ciudades permitidas por la Administración General de Aduanas de China. Algunas estimaciones apuntan que el mercado tendría un valor de 1 billón de yuanes (155.700 millones de dólares).

"En el pasado, las agencias de viajes extranjeras no estaban autorizadas para los viajes de negocios al exterior en China, pero en el futuro podrán. Los servicios de cuidado médico también serán permitidos en la zona", apuntó Wang Qingsheng, del comité administrativo de la zona piloto de libre comercio de Tianjian.

Pero la apertura en China en la actualidad es más "salir fuera".

Wang Yiwei, de la Universidad Renmin en Beijing, llama a la apertura a principios de la "globalización en China" en la década de los 80 del siglo pasado.

En ese tiempo China creó zonas económicas especiales en las zonas costeras para atraer inversión foránea y exportar productos con políticas fiscales favorables y otras medidas. "Este camino no era sostenible. La apertura entrará en una nueva etapa, más participativa, o "China en la globalización", añadió Wang.

En un encuentro a finales de octubre sobre el plan de desarrollo de los próximos cinco años, el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) instó a un mayor nivel de apertura, uniéndose activamente a la gobernanza económica global y al suministro de bienes públicos.

China ha construido cuatro zonas piloto de libre comercio en Shanghai, Guangdong, Fujian y Tianjin, poniendo a prueba una reforma de los procedimientos administrativos tradicionales.

Por ejemplo, el área Shekou de la zona piloto de libre comercio de Guangdong ha puesto en marcha un juzgado dedicado a las cuestiones comerciales y un mecanismo de arbitraje internacional para dar un mejor ambiente legal adaptable a los estándares internacionales.

La iniciativa de la Franja y la Ruta es un gran proyecto de la estrategia en el exterior de China. En su último trabajo "Franja y Ruta: Oportunidades y Retos", Wang Yiwei describe las propuestas como un resultado inevitable de la apertura.

Algunos están preocupados de que la participación de China en el mundo amenace su mercado, pero Luo Feng está en desacuerdo.

IZP ha comprado un aeropuerto en la ciudad italiana de Parma, y planea convertirlo en un nudo de comunicaciones de los negocios chinos.

"Nuestro desarrollo traerá más oportunidades para otros. Si traemos turistas chinos, comercio y otros recursos, el lugar se convertirá en un nuevo centro financiero", añadió el empresario.

"Estamos desarrollando un nuevo mercado más que competir con otros", concluyó Luo.

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