RIO DE JANEIRO, 21 ago (Xinhua) -- El presidente del Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, decartó hoy renunciar al cargo pese a la denuncia por corrupción que existe en su contra ante la justicia.
"No hay la menor posibilidad de que no continúe al frente de la Cámara por el periodo para el que fui elegido presidente. Nadie va a cohibirme. No voy a renunciar al mandato para el que fui elegido por la mayoría absoluta en primera vuelta. No hay renuncia. Eso no forma parte de mi vocabulario", dijo Cunha durante un acto sindical en Sao Paulo.
El presidente de la Cámara de Diputados, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la principal fuerza aliada al Gobierno, añadió que no adoptará ninguna represalia en su postura política contra el gobierno, pese a la denuncia en su contra.
"No voy a adoptar represalias contra quien quiera que sea. Pueden estar tranquilos. Nada alterará mi comportamiento ni mi forma de actuar. Estoy sereno", afirmó sobre las versiones según las cuales puede aprovechar su cargo para acelerar la votación en el Congreso de proyectos de ley e iniciativas que incomodan al gobierno.
Tercero en la línea de sucesión en la presidencia brasileña, el diputado acusó al gobierno de intentar hacerle callar por haberse mostrado contrario al Ejecutivo en varias ocasiones.
"Con seguridad, cuando se aclaren los hechos, asistiremos a la comprobación de la actuación del gobierno en un intento de callarme y en una represalia por mi actuación política", comentó Cunha en el acto organizado por la central Fuerza Sindical.
"Tan sólo digo una cosa: además de ser totalmente inocente, no hay una única prueba en mi contra en toda las páginas de la denuncia que fue presentada. No hay ninguna prueba", reiteró.
El procurador general de la República, Rodrigo Janot, presentó el jueves ante el Supremo Tribunal Federal (STF) la denuncia contra Cunha por lavado de dinero y por su supuesta participación en la red de corruptelas en la petrolera estatal Petrobras.
Janot también denunció al ex presidente brasileño (1990-92) y actual senador Fernando Collor de Mello, por vinculación con la trama corrupta.
Al gozar los dos de fuero privilegiado, fueron denunciados ante el STF, la máxima corte brasileña.
El titular de la Cámara de Diputados fue acusado por el consultor empresarial Julio Camargo, que colabora con la investigación a cambio de una reducción de su futura pena, de haber recibido por lo menos cinco millones de dólares y por haber intermediado un contrato de Petrobras.
Camargo confesó haber recibido un soborno de 40 millones de dólares de la empresa sudcoreana Samsung Heavy Industries, empresa que suministró navíos a la estatal.