Jinan, 07/07/2015(El Pueblo en Línea)-No ocurre todos los días que un sastre del otro lado del mundo decida abrir una tienda en China, pero eso es exactamente lo que ha hecho Raffaele Gintoli, un hombre de 45 años.
Gintoli, nacido en una familia de sastres, decidió establecerse en la ciudad de Zhucheng, provincia de Shandong, este de China, después de viajar a muchos países y ver las oportunidades que China ofrecía y las dificultades a las que su país se enfrenta debido a la desaceleración económica.
Este sastre de cuarta generación en su familia perfeccionó su arte en la Universidad Politécnica de Milán después de aprender el oficio de su abuelo y su padre.
Un traje confeccionado por él puede costar entre cientos de yuanes a 10.000 yuanes dependiendo de la tela y el diseño.
La fama de su artesanía ha pasado de boca en boca, con clientes que vienen para conocer el diseño y la costura italiana, y buscar su consejo sobre los detalles del traje y ayudar a conseguir el vestido perfecto.
Como sastre con experiencia, Gintoli no sólo elabora trajes, sino también entrena a aprendices en China. Enseñándoles, quiere que las habilidades de la costura y la filosofía detrás de los diseños se difundan en todo el país.
Gintoli dijo que en China cada vez se aprecian y venden más los trajes confeccionados. Añadió que sus obras hechas de mano son bien reconocidas y respetadas en el país.