BEIJING, 25 ene (Xinhua) -- Después de varios meses de tensiones, las relaciones entre China y Japón mostraron hoy signos de mejoría, luego del exhorto hecho por el líder chino Xi Jinping de que se emprenda acción conjunta con el fin de resolver los asuntos bilaterales delicados.
La reunión sostenida entre Xi y Natsuo Yamaguchi, dirigente del partido Nuevo Komeito de Japón, fue el contacto político de mayor nivel entre los dos países desde que el gobierno japonés anunciara en septiembre que "compraría" parte de las Islas Diaoyu, una acción que provocó la desintegración de las relaciones bilaterales.
En esta coyuntura crucial de las relaciones bilaterales, Xi, por primera ocasión, habló de la estrategia de la nueva dirigencia de China hacia Japón, declarando que la política de China hacia el desarrollo de las relaciones con Japón permanecerá sin cambio.
Xi también pidió aprender de las anteriores generaciones de líderes de ambos países, y sugirió mostrar compromiso nacional, sabiduría política y responsabilidad histórica para superar las dificultades.
La reunión abrió una ventana de oportunidad para las relaciones entre China y Japón. Sin embargo, Japón aún necesita tomar acciones tangibles para reducir las tensiones y hacer volver a las relaciones a la normalidad.
De hecho, Yamaguchi trajo un mensaje de buena voluntad para trabajar con China en el impulso del diálogo, la solución apropiada de los asuntos delicados y la enmienda a las relaciones entre Japón y China.
Sin embargo, el partido de Yamaguchi, el menor de los dos partidos gobernantes de Japón, no necesariamente está trabajando de acuerdo con los políticos que toman las decisiones del gobierno japonés. No está claro si la buena disposición de Yamaguchi para enmendar las relaciones bilaterales se traducirá plenamente en acciones del gobierno japonés.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ahora está atrapado entre la espada y la pared. Por un lado, él envió a Yamaguchi como mensajero a China. No obstante, Abe también dijo a los medios de comunicación luego de la partida de Yamaguchi que el problema de las Islas Diaoyu no se iba a discutir.
¿Cómo pueden ayudar esos actos tan contradictorios a que las relaciones China-Japón regresen a un estado normal de desarrollo?
Por lo tanto, corresponde a Abe actuar sobre los compromisos asumidos en una carta que Yamaguchi entregó a Xi.
Aunque Abe prometió en la carta "mantener el gran panorama en mente y hacer avanzar la relación estratégica chino-japonesa de beneficio mutuo", todavía necesita encarar la historia y manejar las tensiones respecto a la disputa territorial.
Abe tiene que darse cuenta de que las relaciones estratégicas entre los dos vecinos no pueden establecerse mediante simple retórica, sino que deben depender de prácticas responsables, tangibles y de largo plazo.
Abe también señaló en la carta que Japón y China comparten la responsabilidad de la paz y el desarrollo de la región de Asia Pacífico. ¿Cómo puede un país que no reflexiona sobre actos criminales o de agresión ni ofrece disculpas a sus vecinos ser responsable de la paz y del desarrollo regionales?
Es momento de que Japón garantice a los países de Asia Pacífico que no sólo es capaz de hacer promesas, sino que también tiene la determinación y capacidad de hacerlas realidad.