BEIJING, 5 ene (Xinhua) -- El gobierno chino se ha comprometido a introducir más medidas para priorizar el desarrollo del sistema de transporte público en las áreas urbanas, cada días más congestionadas.
Según un informe del Consejo de Estado (gabinete) publicado hoy sábado en la página web oficial del gobierno chino, las zonas céntricas de las ciudades contarán con una parada de autobús cada 500 metros y el uso del transporte público deberá representar el 60 por ciento del uso de vehículos motorizados.
Los autobuses de enlace a los aeropuertos, los autobuses escolares y los vehículos destinados al transporte de funcionarios y empleados de instituciones específicas podrán circular por los carriles de transporte público. Además, se adoptarán medidas para mejorar el sistema de reserva de taxis.
Según el informe, las autoridades deberán ampliar la flota de vehículos de transporte público y pedir a los operadores de autobuses que aumenten la velocidad de conducción de los mismos.
Entre 2011 y 2015, los vehículos de transporte público estarán exentos de los impuestos de consumo y recibirán un trato favorable a la hora de abonar los impuestos de vehículos y barcos y los gastos de electricidad. También recibirán subsidios para la compra de gasolina y diésel.
En muchas ciudades chinas, especialmente en grandes ciudades como Beijing o Shanghai, las calles están siempre abarrotadas y son escenario de frecuentes atascos debido al significativo aumento en el número de vehículos privados y a los malos hábitos de conducción.
Según una investigación sobre los desplazamientos diarios realizada por IBM en 2011, Beijing sufre los segundos peores atascos del mundo después de Ciudad de México. Shenzhen, un centro económico ubicado en la provincia meridional china de Guangdong, se sitúa en tercer lugar.
Los gobiernos locales han tomado medidas para aliviar la congestión del tráfico. Entre ellas figuran un sistema de sorteo de matrículas diseñado para controlar el aumento del número de nuevos vehículos en circulación y una regulación que permite circular a un número determinado de vehículos cada día según su número de matrícula.
Sin embargo, y a pesar de la reciente implementación de unas reglas de tráfico más estrictas, la situación no ha mejorado y los ciudadanos chinos siguen enfrentándose cada día a la presión del tráfico urbano.