El presidente ruso se negó a revelar el contenido de sus conversaciones con los líderes del Grupo de los Ocho (G8) sobre la crisis en Ucrania pero insinuó que pidió a sus socios de Occidente recordar cómo actuó Estados Unidos en Irak, Libia y Afganistán.
Putin acusó a los países occidentales de convertir la vida política de Ucrania en una farsa. "Los instructores occidentales hicieron bien su trabajo. Vimos grupos armados bien entrenados ahí (en Kiev). Todo estuvo bien organizado", mencionó.
El presidente también exhortó a los países occidentales a pensar dos veces antes de tomar alguna decisión de imponer sanciones a Rusia.
"Esos que van a imponer sanciones deben pensarlo primero, ya que el daño será mutuo en el mundo moderno", dijo Putin. Si los líderes occidentales no quieren asistir a la cumbre del G8 planeada en la ciudad de Sochi en el Mar Negro de Rusia en junio, son libres de no acudir, agregó.
Putin señaló que la opción de retirar al embajador ruso de Estados Unidos es el último recurso que esperamos no ocurra.
"Es muy fácil destruir la cooperación y muy difícil reconstruirla", dijo.
En Kiev, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania pidió hoy al Kremlin adherirse a los acuerdos militares bilaterales, en particular al convenio sobre el número de tropas militares de la base naval rusa en Ucrania.
"Los acuerdos entre Ucrania y Rusia sobre los parámetros de la división de la Flota del Mar Negro sugieren números precisos del equipo militar y del personal militar que pueden permanecer en Crimea", dijo el vocero de la cancillería, Eugene Perebiynis, en una conferencia de prensa.
La república autónoma ucraniana de Crimea se convirtió en el nuevo epicentro de la actual tensión en el país de Europa Oriental, luego de que la semana pasada grupos armados capturaran edificios de gobierno y del Parlamento en Crimea y tomaran el control de dos aeropuertos. En los edificios tomados se izaron banderas rusas.
La flota rusa ha permanecido en la ciudad de Sevastopol de Crimea desde el reinado de Catalina la Grande en el siglo XVIII. Sin embargo, un acuerdo establecido después de que Ucrania lograra su independencia, determinó su salida del área en el año 2017.
En abril de 2010, Ucrania renovó el alquiler de la Flota Rusa del Mar Negro en su Península de Crimea por 25 años a cambio de descuentos en el precio del gas que le abastece.