Los restos del atacante fueron trasladados a un hospital para realizarles la autopsia.
El escuadrón antibombas dijo que el atacante llevaba 5 kilos de materiales explosivos en su chaleco suicida y que casi la misma cantidad se encontraba en su auto, el cual fue puesto bajo custodia de la policía tras la explosión.
Poco después de la explosión, el grupo Comandante Maast Gil, una fracción del Talibán de Pakistán, se atribuyó el ataque.