MOSCU, 18 dic (Xinhua) -- Extendiéndose por toda la masa continental de Eurasia, maniobrando entre Oriente y Occidente, Rusia ha transitado este año en la dirección para recuperar su prestigio e influencia globales con el presidente Vladimir Putin al mando.
Desde la preparación de un acuerdo con Estados Unidos sobre la destrucción del arsenal químico de Siria hasta la mediación entre Irán y las potencias mundiales para llegar a un acuerdo interino sobre el tema nuclear, desde la acogida de "hermanos menores" en su propio patio hasta la asociación con socios en el nuevo mundo, Rusia se ha situado este año en el centro de la escena política mundial.
LOGROS DE LA POLITICA DEL JUDO
Como yudoca con nivel de cinta negra, Putin tomó una serie de hábiles decisiones diplomáticas en el tema sirio.
Con los esfuerzos de Moscú, Damasco no sólo admitió la presencia de reservas químicas, sino que también acordó ponerlas bajo el control internacional. Esto ayudó a prevenir un ataque militar contra Siria, que de otra manera hubiese sido inevitable.
Ahora, la solución del conflicto sirio ha retornado con firmeza a la vía política y bajo los auspicios de la ONU.
Esta vez, Putin consiguió dictar leyes que juegan a su favor. No lanzó a nadie sobre el tatami con sus movimientos, pero demostró nuevamente que, en el inestable Medio Oriente, Rusia es un actor protagónico cuyo papel no puede ser ignorado.
Moscú estuvo de acuerdo con Washington en cierta medida al tratar la crisis siria y esta "consonancia" política les ayudó para trabajar de manera sincronizada en el tema iraní.
La posición rusa ha prevalecido gradualmente en la última ronda de negociaciones nucleares iraníes, destacó Anatoli Adamishin, diplomático ruso retirado y presidente de la Asociación para la Cooperación Euro-Atlántica.
Pese a que el resultado del acuerdo interino de Ginebra no está todavía muy claro, Rusia encendió la luz al final del túnel. "La política rusa sobre Irán comienzan a reconocerse incluso en Estados Unidos", señaló Adamishin.
En una página de opinión del diario The New York Times, Putin dio una lección a los políticos de Washington, dando una bofetada al unilateralismo y el excepcionalismo estadounidenses y destacando la necesidad de construir un mundo multipolar.
Putin presentó su mensaje con suma claridad: Rusia no tiene intención de desafiar a EEUU sobre Siria u otros temas relevantes en el tablero de ajedrez mundial, pero exige un diálogo sobre la base de la igualdad y un reajuste del orden mundial.