LISBOA, 6 mar (Xinhua) -- El primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, minimizó hoy las manifestaciones del fin de semana pasado en contra de su administración y de la troika, al declarar que "no gobernará" en función a las protestas.
"Este gobierno nunca se involucrará en polémicas sobre manifestaciones (...) No voy a gobernar en función de las manifestaciones, porque el día en que el gobierno tenga que decidir en función de esos criterios, dejará de estar a la altura", dijo Passos Coelho en el debate quincenal este miércoles en el Parlamento portugués.
El sábado, miles de portugueses, convocados por el movimiento civil "Que se fastidie la troika", se manifestaron en unas 40 ciudades del país y algunas urbes de otras naciones de Europa, para exigir la dimisión de Passos Coelho y la expulsión de los representantes de la troika que evalúa en estas semanas el plan de rescate de Lisboa.
La troika, integrada por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, revisa el programa de ayuda externa de 78.000 millones de euros (101.500 millones de dólares) concedido a Portugal en 2011.
Por otro lado, el primer ministro portugués defendió la necesidad de "proseguir con firmeza con el programa ambicioso de reformas estructurales", una condición que para él es imprescindible para "volver a crecer y crear empleo".
"Algunos entienden que el gobierno no tiene sensibilidad social, a mí me gustaría decir, en particular a los partidos de la oposición, que no fue la sensibilidad social lo que llevó al anterior gobierno (socialista) a pedir el rescate", se defendió el primer ministro durante su intervención en la apertura del debate en el Parlamento.
Mientras prosigue la séptima evaluación periódica que la troika realiza sobre el desempeño de Portugal en el programa de ayuda externa de 78.000 millones de euros, Passos Coelho volvió a defender su política de reformas.
"La ausencia de reformas con anterioridad, aliada a la falta de competitividad económica nos llevó a un elevado grado de endeudamiento".
Según el primer ministro conservador, "sólo aplicando un programa ambicioso de reformas estructurales será posible en el futuro no tener nuevamente un problema de desequilibrio estructural".
Durante esta séptima evaluación de la troika, uno de los temas principales es la reforma del Estado social.
Las instituciones internacionales exigen a Portugal el recorte de 4.000 millones de euros (unos 4.800 millones de dólares) en gasto público. De momento, el gobierno de Lisboa no ha anunciado ninguna medida concreta sobre los recortes a realizar.