Las autoridades alemanas prometieron hoy imponer controles alimentarios más estrictos y establecer castigos más duros para quienes violen las leyes alimentarias y las reglas de etiquetado de alimentos en medio del cada vez más amplio escándalo de la carne de caballo en productos alimentarios.
"Los gobiernos federal y estatales están de acuerdo con respecto a lo que se debe hacer ahora y en que queremos actuar en solidaridad", dijo un vocero de la ministra de Agricultura y Protección al Consumo Ilse Aigner, después de la reunión de ministros de consumo federal y estatales en Berlín.
Los ministros anunciaron un plan de 10 puntos, incluyendo el fortalecimiento de las pruebas a los alimentos para apaciguar el temor de los consumidores con respecto a que toneladas de alimentos con carne de caballo puedan haber llegado a los anaqueles de los supermercados alemanes.
De acuerdo con la revista Der Spiegel, al menos 359.722 paquetes de alimentos fueron importados de una fábrica de Luxemburgo involucrada en el escándalo de carne de caballo, los cuales fueron distribuidos en toda Alemania entre noviembre y enero.
El escándalo surgió recientemente en Europa luego de que se encontró carne de caballo en productos como hamburguesas y lasaña, a pesar de que estaban etiquetadas como carne de res.