BEIJING, 9 dic (Xinhua) -- Tras 13 días de continuos debates en la capital catarí de Doha, los extenuados delegados de los 194 países representados en la cumbre han encontrado por fin un término medio aceptable para hacer frente a la acuciante cuestión del cambio climático.
El presidente de la conferencia sobre cambio climático, Abdullah bin Hamad al-Atiiyah, golpeó el mazo de aprobación, una tras otra, de todas las medidas en los últimos minutos de la sesión de la ONU del sábado, para evitar que volvieran a ser sometidas a otro debate inútil. El acuerdo no es perfecto, pero al menos es aceptable.
Los países en vías de desarrollo quedaron satisfechos con un acuerdo que insta a los países desarrollados a aumentar su financiación para los planes sobre cambio climático de los países pobres. De los 30.000 millones de dólares al año del período 2010-2012 se pasará a 200.000 millones de dólares al año entre 2013 y 2020.
La última conferencia sobre cambio climático de la ONU extendió el Protocolo de Kioto, el único tratado vinculante a nivel internacional sobre el recorte de emisiones de gases invernadero, hasta el fin de 2020.
En respuesta a una llamada de los países pobres y de aquellos que son más vulnerables a los daños relacionados al cambio climático, los delegados de los países desarrollados dieron luz verde a la creación de "arreglos internacionales" en relación a pérdidas y daños en la próxima ronda de conversaciones sobre cambio climático que tendrá lugar en Varsovia, Polonia.
Desgraciadamente, países como Estados Unidos, Canadá, Japón y Nueva Zelanda han vuelto a quedar fuera del Protocolo de Kioto y se han negado a adherirse a ningún acuerdo vinculante para recortar las emisiones de CO2.
Los países en vías de desarrollo también denunciaron que las grandes promesas monetarias de donantes ricos no se han materializado. No se ha fijado ningún acuerdo ni calendario en la cumbre de Doha para cerrar la brecha en la financiación a partir del año próximo. Estados Unidos, Europa y otros países desarrollados han utilizado la ralentización económica como excusa para negarse a hacer aportaciones mayores.
Otra divergencia sin resolver es el hecho de que países como Rusia, Bielorrusia y Polonia, con derechos de emisión sobrantes (también llamados "aire caliente") del primer período de compromiso del Protocolo de Kioto, exigen canjear por créditos. Europa, Australia y Japón, sin embargo, dijeron que no estaban dispuestos a comprar.
Xie Zhenhua, jefe de la delegación china en la cumbre de Doha, indicó que los países ricos estaban intentando rebajar el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas" con el objetivo de evadir su responsabilidad histórica por el cambio climático.
Las emisiones de gases invernaderos, con un aumento pronosticado del 2,6 por ciento para este año, son más de un 50 por ciento más altas que en 1990.
La temperatura media global ya ha aumentado 0,8 grados centígrados desde tiempos preindustriales, mientras que el umbral para un cambio climático peligroso se sitúa en los 2 grados. Dicho cambio incluirá tormentas más fuertes, más olas de calor, sequías, derretimiento de icebergs y aumento del nivel de los mares.
Este peligro inminente supone una gran alarma para la humanidad y pone a prueba los esfuerzos y la inteligencia colectiva del mundo entero.
Las conversaciones sobre cambio climático de la ONU se han convertido en un quebradero de cabeza anual. Debates poco eficientes unidos a discusiones interminables han fatigado a los delegados, a los medios de comunicación y al público de todo el mundo.
Es comprensible que países con diferentes niveles de desarrollo tengan capacidades muy distintas a la hora de lidiar con el cambio climático y sus objetivos.
El acuerdo puede traer buenos resultados. El mundo, no obstante, espera un compromiso activo y fuerte por parte de todos los países, especialmente en el caso de los líderes globales, con el fin de salvar el planeta.
Aquellos países que sólo atienden a sus propios intereses en vez de los intereses colectivos y que sólo prestan atención a los intereses a corto plazo en vez de las estrategias a largo plazo, no harán sino perjudicar el bienestar de la humanidad y causar pérdidas para ellos mismos.