Xi presentó especialmente a Gong Quanzhen, la nonagenaria esposa de un fallecido general que estuvo entre los principales cuadros que ayudaron a fundar la República Popular China.
El presidente expresó sus respetos a Gong, quien junto con su esposo se fue a su tierra natal y dedicó su vida a enseñar a los jóvenes y a ayudar a los lugareños en la región montañosa mientras tenía una vida frugal.
"El espíritu de ardua batalla debe ser transmitido de generación en generación", dijo Xi.
Xi pidió una ética social y profesional, así como virtudes familiares e individuales, y subrayó los valores básicos del patriotismo, honestidad y amistad.