El vicepremier dijo que, debido al rápido desarrollo de la industrialización y urbanización de China, el desafío de la contaminación del aire se ha vuelto más complicado que nunca.
Beijing reveló ayer lunes una serie de medidas, como la reducción de las emisiones de los vehículos y el control de la contaminación industrial, a fin de mejorar la calidad del aire. Las medidas forman parte de un plan de acción del gobierno municipal, que se ha comprometido a disminuir la densidad de PM 2.5 en un 25 por ciento o más a finales de 2017.
Las autoridades de transporte locales también informaron el martes de que restringirán el registro de coches a partir del año que viene, en un intento de tratar el aire de la ciudad y resolver el problema de los atascos de tráfico. El nuevo tope de registros se anunciará en noviembre.