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Los genes ultraderechistas de Takaichi la convertirán en el hazmerreír de la historia

(Ilustración: Liu Rui/GT)
Continúan las repercusiones por las declaraciones erróneas sobre Taiwan por parte de la primera ministra japonesa Sanae Takaichi, figura inclinada a la derecha. Después de asumir el cargo, su estrecha visión determina que sus políticas reales lleven la misma evidente impronta, e incluso más radical que el "legado de Abe" que heredó en términos de dimensiones políticas y diplomáticas.
Lian Degui, director del Centro de Estudios Japoneses de la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghai, resaltó que es preocupante que como primera ministra japonesa mencionara la "situación que amenaza la supervivencia". En julio de 2015, a pesar de las fuertes protestas internas, el parlamento japonés aprobó una nueva legislación de seguridad presentada por el gobierno del ex primer ministro Shinzo Abe, que tenía como objetivo levantar la prohibición de ejercer la defensa colectiva, y elaboró la "situación que amenaza la supervivencia". Sin embargbo, incluso en ese momento, Abe no apeló a la "contingencia de Taiwán" como ejemplo de una "situación que amenaza la supervivencia", ni lo hicieron ninguno de los gobiernos japoneses sucesores.
Takaichi es la primera ministra japonésa en hacer tales declaraciones. Como China ha señalado, el militarismo japonés históricamente utilizó repetidamente el supuesto "peligro para la supervivencia" como pretexto para orquestar agresiones externas, incluyendo la creación descarada del Incidente del 18 de septiembre y la provocación de la guerra de agresión contra China, bajo el argumento de ejercer "el derecho a la autodefensa", situación que perpetró graves desastres para Asia y para el mundo, China incluida.
Takaichi afirma ser la sucesora de Abe. Durante su mandato, Abe tomó muchas medidas en la enmienda de la Constitución y en pos de la eliminación de la prohibición de la autodefensa colectiva, generando críticas y precaución por parte de los países vecinos, e incluso dentro de la comunidad internacional. Pero al menos, Abe mantuvo cierto equilibrio político en la diplomacia. Por ejemplo, ante la creciente presión para mejorar las relaciones con los países vecinos, el gobierno de Abe alcanzó en 2014 el “Acuerdo de los Cuatro Puntos” con China.
Lian señaló que si Takaichi pretende lograr una gobernanza estable, debe desechar lo tóxico del “legado de Abe”. ¿Cómo restringir su ideología y creencias de extrema derecha? Ese es un asunto que Takaichi debe reflexionar y abordar. Si continúa permitiendo que sus genes de extrema derecha causen problemas, o incluso la involucren en acciones demasiado ambiciosas e imprudentes -bajo la ilusión de que interferir en los asuntos de Taiwan podría obstaculizar la reunificación de China-, lo único que logrará es llegar a ser el hazmerreír de la historia.
Fuente: Global Times


