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Cielos azules en Beijing tras década de esfuerzos por aire limpio
Xie Xiaoyang, residente en Beijing, comparte con frecuencia en sus Momentos de WeChat fotos de los cielos azules de la ciudad, muy diferentes del ambiente neblinoso que recuerda de sus días estudiantiles en la capital china hace más de 10 años.
"Los medios sociales estaban todavía en su infancia en China en ese entonces, con todo el mundo compartiendo con entusiasmo vistazos de sus rutinas cotidianas", recordó Xie. "Sin embargo, cuando caían las hojas de otoño y llegaba el invierno, el ambiente exterior se llenaba de una neblina turbia. El entusiasmo por publicar disminuía, dando paso a un anhelo de toda la ciudad por cielos azules".
En las últimas décadas, la contaminación del aire ha persistido como un importante desafío ambiental para China en medio de su rápida urbanización y desarrollo económico.
En una respuesta histórica, el Gobierno chino declaró la guerra contra la contaminación del aire en 2013, lanzando su Plan de Acción para la Prevención y el Control de la Contaminación del Aire (APPCAP, por sus siglas en inglés), un marco integral de políticas nacionales dirigido a la mejora de la calidad del aire.
Las autoridades buscaban un mejor equilibrio entre el crecimiento económico y la protección del medio ambiente.
Tras la introducción del APPCAP, China se convirtió en el primer país en desarrollo del mundo en llevar a cabo esfuerzos a gran escala para reducir la densidad de partículas PM2,5. Beijing, la capital del país, tomó la delantera entre las urbes nacionales en esta tarea, aplicando una gobernanza científica, innovación institucional y colaboración regional, lo que aportó un nuevo enfoque para el control global de la contaminación del aire.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha elogiado los logros de la capital china en la mejora de la calidad del aire y los ha calificado como el "milagro de Beijing".
De acuerdo con el Departamento Municipal de Ecología y Medio Ambiente de Beijing, se registró en la ciudad un progreso constante en la calidad del aire en 2024. La densidad media de PM2,5, un indicador clave de la contaminación del aire, fue de 30,5 microgramos por metro cúbico como promedio anual, lo que representa una caída del 6,2 por ciento en relación con 2023.
Por su parte, el número de días con buena calidad del aire alcanzó los 290, un aumento de 114 días en comparación con 2013 y la cifra más alta registrada. Cabe destacar que el número de días muy contaminados se redujo de 58 en 2013 a solo dos en 2024, lo que marca una reducción del 96,6 por ciento.
INTENSA CAMPAÑA
Durante las "dos sesiones" (como se conoce en China a las sesiones de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y la Asamblea Popular Nacional) de este año, el ministro de Ecología y Medio Ambiente, Huang Runqiu, mostró dos membranas de filtro recogidas de los monitores ambientales atmosféricos de Beijing. La muestra de 2015 presentaba un tono grisáceo-negro, mientras que la muestra de 2024 tenía una coloración grisáceo-blanca.
"Esa muestra grisáceo-negra trae recuerdos de los días en que mi purificador de aire trabajaba horas extras", dijo Xie, expresando un recuerdo colectivo compartido por los residentes de Beijing que vivieron los años más difíciles de la polución.
"Beijing estaba entonces enfrentando una aguda crisis de contaminación del aire, haciendo que las rigurosas medidas contra el esmog fueran un imperativo urgente", de acuerdo con Li Xiang, funcionaria de aplicación de la ley y protección del ambiente ecológico de la ciudad.
Basándose en el APPCAP, Beijing lanzó su plan de acción de aire limpio de 2013 a 2017. La campaña estuvo centrada en cuatro frentes de batalla clave, incluyendo el control de la combustión de carbón, la gestión de las emisiones de vehículos, la reducción de la contaminación industrial y la supresión de polvo.
"Todas las autoridades municipales relevantes firmaron solemnemente compromisos de responsabilidad, jurando asegurar la victoria en esta crucial campaña de control de la contaminación", afirmó Xie Jinkai, directora de la oficina de medio ambiente atmosférico del Departamento Municipal de Ecología y Medio Ambiente de Beijing.
Beijing solía depender principalmente del carbón para la calefacción de invierno. El primer análisis de fuentes de PM2,5 realizado en la capital, que abarcaba de 2012 a 2013, identificó la combustión de carbón como uno de los principales contribuyentes a la contaminación local del aire, apuntó Wang Zifa, investigador del Instituto de Física Atmosférica de la Academia de Ciencias de China.
Ante ese escenario, la megaciudad tomó la firme decisión de lanzar una amplia iniciativa destinada a pasar del carbón a la electricidad para la calefacción invernal. Wang Yu, ingeniero del departamento de medio ambiente ecológico del distrito de Xicheng de Beijing, quien participó en el proyecto de conversión, recordó que la tarea fue complicada y ardua.
Las autoridades de protección ambiental y las compañías de suministro de energía llevaron a cabo encuestas puerta a puerta en los barrios de interés, abordando los desafíos clave sobre la base de las condiciones reales de los residentes, al tiempo que llevaban a cabo diversas tareas, incluyendo la mejora de las instalaciones de suministro de energía externas.
A finales de 2015, el distrito céntrico de Xicheng tomó la vanguardia en la materialización de una calefacción completa sin carbón, una transición histórica que liberó a los residentes de inviernos llenos de humo alimentados por briquetas de panal de abeja. "Ahora nuestras casas están cálidas y limpias durante el invierno. ¡Qué cambio tan notable!", destacó un residente de apellido Bai, quien vive en el barrio de Niujie del distrito de Xicheng.
Beijing también estableció un marco regulatorio riguroso para acelerar la reducción del carbón. El Gobierno municipal ha implementado sucesivamente normas de emisiones para diversas instalaciones, incluyendo turbinas de gas estacionarias y calderas, estableciendo nuevos límites estrictos a los contaminantes.
Al mismo tiempo, las autoridades han intensificado su trabajo contra violaciones tales como emisiones excesivas y operaciones anormales de las instalaciones. Las principales empresas que consumen carbón se someten ahora a una reforzada supervisión para garantizar el cumplimiento, con requisitos obligatorios para las continuas actualizaciones ecológicas.
A través de acciones coordinadas de las autoridades, industrias y comunidades, las llanuras de la capital alcanzaron el estatus fundamental de estar libres de carbón a finales de 2018, con calderas de carbón prácticamente eliminadas en toda la ciudad.
De acuerdo con Wang, los estudios de seguimiento de fuentes de PM2,5 de Beijing revelaron que la contribución de la combustión de carbón cayó del 22,4 por ciento en 2013 a solo el 3 por ciento en 2017, eliminando su estatus como una fuente importante de contaminación. Y después de cinco años de esfuerzos sostenidos, Beijing vio su densidad anual media de PM2,5 disminuir desde casi 90 microgramos por metro cúbico hasta 58 microgramos por metro cúbico, logrando el objetivo de frenar la contaminación.
GOBERNANZA DE PRECISIÓN
En 2018, Beijing lanzó la "iniciativa de un microgramo" para mejorar continuamente la calidad del aire, centrándose más en sectores como las emisiones de vehículos y el polvo fugitivo, que exigen medidas de control refinadas, luchando incluso por mejoras de un solo microgramo por metro cúbico.
El año 2021 marcó un hito en la campaña de "cielos azules" de una década de duración en Beijing, con su concentración promedio anual de PM2,5 cayendo a 33 microgramos por metro cúbico, el nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 2013. Desde entonces, la capital ha mantenido las normas de calidad del aire durante tres años consecutivos.
"'El azul de Beijing' se ha convertido gradualmente en nuestra nueva normalidad", afirmó Huang Runqiu en una conferencia de prensa.
Gracias a la intensa adopción de energías renovables y las políticas de sustitución del carbón, la combinación energética de Beijing ha visto una transformación histórica. Su consumo de carbón cayó de 21,8 millones de toneladas en 2012 a menos de 600.000 toneladas en 2024, lo que ahora representa menos del 1 por ciento de su consumo total de energía, detalló recientemente Yang Xiuling, directora de la Comisión Municipal de Desarrollo y Reforma de Beijing.
Además, Beijing ha implementado procesos de optimización estructural en sus sectores industriales y de transporte. La ciudad ha cerrado más de 3.000 empresas manufactureras o contaminantes y rectificado más de 12.000 empresas desorganizadas o contaminantes a través de una corrección categorizada. En total, más de tres millones de vehículos de alta contaminación fueron eliminados.
Con una calidad del aire significativamente mejor, Beijing se enfrenta ahora a objetivos de control de la contaminación más desafiante, que requieren medidas cada vez más científicas y refinadas. En 2025, la ciudad elevó su gobernanza de la contaminación del aire a un nuevo nivel de precisión: "iniciativa de 0,1 microgramos".
"Por ejemplo, vamos a ampliar vigorosamente la adopción de vehículos de nueva energía (VNE), con el objetivo de que comprendan la mitad de todos los vehículos registrados en 2025", indicó Xie Jinkai."A través de una gobernanza meticulosa, nuestro objetivo es consolidar y mantener los logros de la reducción de emisiones".
Según el informe sobre la labor del Gobierno municipal de este año, el número de VNE en la ciudad ha superado el millón de unidades, y la proporción de electricidad verde en la combinación energética de la ciudad ha alcanzado el 26 por ciento.
COOPERACIÓN A MÚLTIPLES NIVELES
Según Li Xiang, una planta ilegal de arena y grava en la localidad de Dashiwo, en el distrito de Fangshan de Beijing, que limita con la ciudad de Zhuozhou en la provincia de Hebei, causaba una grave contaminación de polvo fugitivo en el área local.
"En ese momento, con Beijing y Hebei llevando a cabo operaciones de aplicación de la ley por separado, la planta utilizaba equipos de producción móviles montados en vehículos para desplazarse a través de la frontera provincial, lo que permitió que las operaciones ilegales persistieran sin control durante un período prolongado", recordó Li.
Desde 2015, las agencias de cumplimiento de la ley ecológica y ambiental de Beijing, la municipalidad vecina de Tianjin y la provincia de Hebei han establecido formalmente y mejorado continuamente un mecanismo conjunto de cumplimiento ambiental, creando sistemas coordinados que implican consultas regulares, operaciones conjuntas e inspecciones colaborativas para combatir colectivamente las violaciones ambientales interregionales.
Después de tres años, la planta fue oficialmente cerrada a través de una operación conjunta llevada a cabo por las autoridades de Beijing y Hebei. En 2019, la región Beijing-Tianjin-Hebei amplió su mecanismo conjunto de aplicación de la ley para cubrir los distritos.
Beijing ha ampliado su colaboración para la gobernanza de la calidad del aire de un nivel nacional a un nivel internacional en los últimos años. Además de acoger un foro internacional anual sobre aire limpio y clima para facilitar los intercambios entre expertos ambientales, responsables políticos y empresas a nivel mundial, la ciudad también dio un paso significativo a principios de este año, cuando el Departamento Municipal de Ecología y Medio Ambiente de Beijing firmó un memorando de entendimiento con el Departamento de Medio Ambiente de la Administración Metropolitana de Bangkok, Tailandia, en aras de impulsar la cooperación en el monitoreo y la gestión de la calidad del aire.
De cara a los próximos tres años, Beijing compartirá con Bangkok su probada experiencia en el control de la contaminación atmosférica, en particular sus estrategias de monitoreo y mitigación de las PM2,5, para apoyar los esfuerzos de mejora de la calidad del aire en la capital tailandesa.
A pesar de todo lo alcanzado, Xie Jinkai señaló que las mejoras actuales de la calidad del aire de Beijing siguen siendo frágiles, con picos de contaminación regional que probablemente se repitan durante las condiciones meteorológicas desfavorables.
"La mejora de la calidad del aire sigue siendo una misión a largo plazo, compleja y difícil. Los esfuerzos de control de contaminación de Beijing continuarán avanzando hacia etapas más profundas y precisas", indicó la funcionaria. "Nuestro objetivo común es mantener duraderos cielos azules y aire fresco, cumpliendo continuamente con las crecientes expectativas de la gente de un entorno hermoso".