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El chip específico para China que proyecta Nvidia señala un cambio en la dinámica de la competencia en semiconductores

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 26 de mayo de 2025 | 15:23

(Ilustración: Chen Xia/ GT)

Nvidia parece estar lista para desvelar otro chip diseñado explícitamente para el mercado chino. De acuerdo a reportajes aparecidos en los medios de comunicación, la prestigiosa empresa proyecta presentar en breve un chip específico para China que esté basado en su última arquitectura Blackwell. Los observadores vaticinan que esta grata noticia se podría materializar en junio de este año.

El chip dedicado podría costar la mitad del H20, un modelo anterior.

De concretarse, sería la tercera vez que Nvidia ajusta drásticamente su estrategia de producción para cumplir con los controles de exportación de EE.UU., lo que resalta las cambiantes dinámicas en la competencia de semiconductores entre China y EE.UU.

Desde 2022, cuando el gobierno de EE. UU. implementó nuevas regulaciones que restringen a Nvidia la exportación de sus chips más potentes a China, culminando tres años después en los repetidos lanzamientos de productos en cumplimiento cada vez más degradados por parte de Nvidia, la relación ofensiva-defensiva en la competencia tecnológica entre EE. UU. y China ha evolucionado más allá de una simple contención y recuperación hacia una lucha compleja y dinámica.

Inicialmente, EE. UU. utilizó sanciones como arma, aprovechando su dominio en procesos de fabricación avanzada, tecnología de memoria y herramientas de automatización de diseño electrónico (EDA) para cortar el camino de avance de los semiconductores de China y mantener una brecha tecnológica.

Las primeras oleadas de restricciones a la exportación resultaron efectivas. Cortaron el suministro de chips a Huawei y obligaron a las empresas chinas de inteligencia artificial (IA) a reestructurar su infraestructura informática. Algunas startups de IA se vieron obligadas a cambiar de rumbo debido a su incapacidad para acceder a chips de alta gama. En aquel entonces, Nvidia tenía un control casi monopolístico sobre el mercado de IA en China debido a su ecosistema CUDA globalmente dominante y la tecnología de computación GPU.

Sin embargo, las dinámicas competitivas cambiaron rápidamente. A pesar de las enormes presiones en la cadena de suministro, China implementó políticas de apoyo para la industria de semiconductores mientras aumentaba sustancialmente la financiación para promover alternativas nacionales en toda la cadena de la industria. El gigante asiático trazó rápido sus caminos tecnológicos, desde equipos importados y chips de memoria hasta la fabricación de servidores, marcos de IA de código abierto y la integración especializada.

Lo más revelador es que las restricciones de exportación de chips del Departamento de Comercio de EE. UU. se han vuelto cada vez más estrictas, con detalles en su política que se vuelven cada vez más precisos hasta un punto decimal. Esto evidencia la búsqueda tecnológica reactiva y el estrechamiento de las brechas debido al acelerado ritmo de actualización industrial de China.

El espacio operativo de Nvidia se ha contraído severamente. Los chips que una vez fueron considerados como "reyes" han sido repetidamente degradados en ancho de banda y umbrales de computación, reducidos a soluciones de compromiso que apenas cumplen con las líneas rojas de Estados Unidos. Estos chips degradados no pueden proporcionar a los usuarios experiencias genuinas de computación de alto rendimiento mientras compiten directamente con alternativas nacionales en avance, como los chips Ascend 910B de China. En este sentido, Nvidia se ha convertido gradualmente en una víctima de la política de contención de Estados Unidos hacia China.

Jensen Huang, de Nvidia, afirma que China es una oportunidad de 50 mil millones de dólares para su empresa. Sin embargo, las restricciones de Estados Unidos los han mantenido frenados hasta el punto en que el CEO de Nvidia ha revelado que podrían ser reemplazados, ya que la cuota de mercado ha caído al 50 por ciento.

El núcleo de la competencia entre China y Estados Unidos ha alcanzado un punto de inflexión crítico. Inicialmente, Estados Unidos aprovechó sus ventajas tecnológicas para restringir sistemáticamente la trayectoria de mejora de China, mientras China soportó la presión y resistió los impactos. A través de un avance sincronizado en políticas, capital y tecnología, China ha superado el techo del bloqueo dirigido, buscando activamente el vuelco mediante innovaciones.

Estados Unidos continúa intentando suprimir el logro de ventajas de la escala china a través de medidas más frecuentes y detalladas: nuevas rondas de restricciones en las fundiciones de TSMC, aprobaciones de exportación de memoria avanzada y parches de herramientas de EDA. Todo ello con el objetivo de preservar ventajas temporales.

Esta estrategia probablemente persistirá a corto plazo, aunque cada vez será más difícil para Estados Unidos mantener su desfase de prioridad tecnológica debido a lo más importante del hecho: las reglas han cambiado.

(Web editor: 周雨, Zhao Jian)