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Café Geisha panameño une lazos con China
La demanda del café Geisha panameño, reconocido por su sabor delicado con notas florales y frutales, está en auge en China, impulsada por el creciente interés de los jóvenes consumidores chinos por productos premium y experiencias sensoriales únicas, según destacaron expertos panameños a Xinhua.
Wilford Lamastus, gerente general de Lamastus Family Estates, catalogó como "sus mejores clientes" a las nuevas generaciones "desde 45 años e inclusive 20 años".
"Les empezaron a gustar los procesos, como la fermentación anaeróbica porque tenía sabores a frutas", agregó Lamastus, quien relató su cercanía con el mercado asiático sentado en su finca ubicada en Boquete, en la occidental provincia panameña de Chiriquí, fronteriza con Costa Rica.
Los suelos de los distritos de Renacimiento, Volcán y Boquete figuran como los principales lugares de la zona en los que se cultiva este grano originario de Etiopía.
De acuerdo con Lamastus, otro factor que puede incidir en la atracción de los chinos hacia el Geisha panameño, es la similitud que tiene con el té.
"Los chinos saben de la calidad de un té y están dispuestos a pagar por la calidad del café", dijo.
Lamastus conserva una estrecha y larga relación con sus clientes chinos. Ha visitado 13 ciudades y provincias, entre ellas Guangdong, Shanghai, Zhejiang y Shandong, además de Beijing.
"Cuando te presentan para una conferencia se llena el lugar. Los que acuden a las charlas tienen pasión", dijo sonriente.
Aseguró que sus clientes chinos siempre lo visitan en sus fincas para hacer diferentes tipos de procesos del café. Cada año recibe aproximadamente a 300 chinos.
"Los clientes chinos son muy apasionados (...) Quiero agradecer de corazón a los consumidores chinos. Es un honor cada vez que voy a China por la manera que me tratan. China es una visita que no me puedo perder, China es importantísima", resaltó.
La popularidad y el prestigio que tiene Lamastus Family Estate en China puede deberse a los múltiples premios que ha ganado.
El año pasado ganó el "Best of Panama", logrando un nuevo récord mundial al alcanzar uno de sus lotes, Aguacatillo Elida Geisha Honey, un valor de 13.518 dólares por kilogramo.
"Nosotros ganamos el 'Best of Panama' porque supimos escoger y procesar el mejor lote", destacó.
ETIQUETA ROJA
Uno de los cafés más populares entre los jóvenes chinos es el de Hacienda La Esmeralda, principalmente por sus variedades bautizadas "etiqueta negra", "etiqueta verde" y "etiqueta roja", esta última la más viralizada entre los jóvenes.
"Todos los años trabajamos fuertemente para sacar los cafés bajo esa etiqueta. Hacemos un esfuerzo enorme para que esos granos que salen como etiqueta roja tengan atributos distintivos únicos. Tiene que tener algo único para ser (considerado) etiqueta roja", explicó Rachel Peterson, encargada de ventas, mercadeo y control de calidad de Hacienda La Esmeralda.
La Hacienda La Esmeralda tiene tres fincas en diferentes áreas de Boquete, las cuales tienen diferentes microclimas "que llevan diferentes gestiones alrededor de la producción de esos cafés".
"Dependiendo de la dirección de la finca se hacen diferentes manejos de producción. En general, cosechamos el café en su óptima maduración, cuando el fruto tiene un rojo esmeralda".
Se tienen diferentes procesos luego de recibir el café, puede ser un proceso natural o un proceso lavado. Pero hay cafés exclusivos que se llaman "nanolotes", que tendrán un secado en frío, detalló.
Hacienda La Esmeralda también participa en el "Best of Panamá", ya que al cliente chino, añadió la especialista, "le gusta mucho ver premios, que existe una trayectoria de ganar competencia y tener la trayectoria en la subasta".
Peterson consideró que China es enorme. Hacienda La Esmeralda vende café a China, pero no suple la demanda por la cantidad de consumidores, todavía hay espacio para crecer en ese mercado, aseguró.
MARCA PANAMÁ
Ricardo Koyner, presidente de la Asociación de Cafés Especiales de Panamá (SCAP, por sus siglas en inglés), explicó que el país trabaja desde hace más de 25 años en potenciar la producción y el conocimiento interno.
"Eso fue lo que llevó a descubrir el Geisha como un café de un sabor muy diferenciado y muy especial, que ha sido el exitoso en Asia, donde los mercados lo acogen con mucho interés. Parte de la calidad de la producción Geisha panameño está fundamentada en los microclimas que tiene el país", indicó.
Panamá tiene una condición geográfica única al tener cercanía al Atlántico y el Pacífico, añadió Koyner.
La región cafetalera de café especial, ubicada en la provincia de Chiriquí, se encuentra influenciada por el clima Atlántico, en otros por el Pacífico, y en muchos lugares por los dos, puntualizó.
"Esto hace que el tipo de plantas que crecen sean diferentes y tengan microorganismos diferentes. Por eso, el café de una región de Boquete tiene un sabor distinto, todos son diferentes y todos son buenos", afirmó el presidente de la SCAP.
Destacó además la sinergia de la Asociación de Cafés Especiales de Panamá, ya que "entendemos que el éxito de la competencia es el éxito de Panamá. Siempre buscamos que el café ganador de este año sea el mejor".
Panamá era un desconocido en la industria del café hace 25 años, admitió Koyner, pero la Asociación encontró puntos de colaboración y sus miembros trabajan juntos.
El éxito ha sido tan grande que Panamá ha marcado la ruta de la diferenciación de los cafés de Panamá, resaltó.
"Panamá ha sido el que ha liderado a nivel mundial el cambio de mentalidad sobre lo que es saber moverse de un café convencional a un café de especialidad. Es el país que genera el cambio y ofrece las alternativas, señala el camino del café fino, como existe un mundo de vinos finos", sostuvo.
Los productores y/o importadores de SCAP ofrecen seminarios en distintas partes de China sobre diferentes tópicos del café Geisha panameño, aseguró Koyner.
"Todos los años SCAP va a la feria de Shanghai. Pero también muchos de los productores panameños van a diferentes ciudades de China a dar seminarios y charlas", subrayó.
NUEVOS CONCEPTOS
Tessie Palacios de Hartmann, propietaria de Mi Finquita Coffee Farm, ubicada en Los Pozos, comentó que este proyecto inició hace seis años con la idea de diferenciar los cafés y procesos para la industria ultra especializada.
"Producir con alta calidad es tener el interés de atender las plantas desde sus inicios, procesarla con las mejores técnicas. Desde el punto de vista del perfil podemos manejar muchos sabores a petición de nuestros clientes", detalló Palacios de Hartmann, cuya familia tiene 100 años de trabajar en la industria.
Mi Finquita Coffee Farm la integra seis hectáreas lo que permite manejar "nuestro árbol de cereza en óptimas condiciones. Cuidar la recolección, el almacenado, la selección del café; es decir, todos los procesos son personalizados porque es un volumen pequeño", indicó
Por su parte, su esposo, Ratibor Hartmann, destacó el rol que han tenido los jóvenes, ya que "fueron quienes cambiaron la caficultura, hace 30 años la caficultura era muy tradicional. Los jóvenes son los que compran el café y sigue siendo sostenible el mercado".
Mi Finquita Coffee Farm tiene un ecosistema único, ubicada en una zona elevada con vistas amplias de paisajes impresionantes. La pareja lleva una vida sencilla, recorriendo sus plantaciones en un pequeño vehículo en compañía de sus dos mascotas. Al mismo tiempo, recibe cada año a clientes chinos, consumidores "que buscan la alta calidad, un café refinado", concluyó Palacios de Hartmann.