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Luis Cantillo, sinólogo colombiano: tener una mente abierta y curiosa, facilita el comercio y los intercambios culturales
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Por Yasef Calderón
“Desde la fundación de la nueva China ha habido un entrañable lazo de amistad entre China y América Latina”, asegura el sinólogo colombiano Luis Cantillo. “Ya desde 1952, cuando se realizó en Beijing la Conferencia de Paz de los Pueblos del Asia y del Pacífico, el mayor número de delegados internacionales provenían de países latinoamericanos”.
“Corrientes artísticas como el muralismo mexicano o el realismo mágico han inspirado a creadores chinos”, asegura Cantillo, doctorado en arte por la Universidad de Arte de Hangzhou.
Como parte de una visión más amplia de lo que se concibe como intercambio cultural, Cantillo señala que “en las últimas décadas, son pocas las ciudades del Gigante Asiático que no tengan restaurantes mexicanos o academias de baile donde puedas aprender a bailar salsa, tango o bachata”.
“Por otra parte, la migración china a Latinoamérica es histórica, su aporte fue significativo para la construcción del Canal de Panamá y el éxito de la cocina peruana radica en su fusión cultural”, reconoce Cantillo al Diario del Pueblo Digital.
En Colombia, el Festival Cultural de China organizado por el Instituto Confucio de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, desde 2012 ha sido un espacio clave para promover la cultura china. Este festival incluye danza, gastronomía, moda, fotografía y deportes como el tenis de mesa, destacando tradiciones como la Fiesta del Bote del Dragón, que celebra la amistad y la hermandad. En 2019, el festival reunió expresiones artísticas chinas y colombianas, fortaleciendo puentes culturales.
Desde la otra orilla, en China, vínculos como el Chongqing International Coffee Festival en 2025, con Colombia como país invitado, han resaltado productos culturales y comerciales de alto arraigo. Asimismo, propuestas artísticas como Chinastía Vallenata, hacen la vanguardia en la fusión cultural: un grupo de colombianos que residen en Xiamen interpretando vallenatos en mandarín.
“Culturalmente, Colombia ha estado representada principalmente por el escritor Gabriel García Márquez, o Gabo, como se le llama comúnmente. Su obra se ha traducido casi en su totalidad, y ha influenciado a escritores como Mo Yan, que ha expresado que gracias a la obra de Gabo le permitió encontrar su propio camino literario”, precisa este artista, que al celebrar los 40 años de relaciones diplomáticas entre China y Colombia, colaboró con el maestro Huo Chunyang en una obra que simboliza el intercambio intercultural ambos países y es considerada un hito en la conceptualización cultural de la amistad pueblo a pueblo.
A diferencia de Cantillo y Huo, Mo Yan y García Márquez nunca llegaron a conocerse. Sin embargo, al hablar de los intercambios culturales que trascienden fronteras, Cantillo evoca aquella confesión de Mo Yan sobre sus primeras palabras si tuviera al Gabo de frente: "Señor, soñé que tomábamos café, y el sabor del café colombiano, tenía algo de té verde chino".
El Diálogo entre las Civilizaciones de China y América Latina y el Caribe (ALC), iniciado en 2016, es una plataforma clave para el aprendizaje mutuo y la cooperación. Colombia ha participado activamente en este foro, que aborda temas como desarrollo sostenible, reducción de la pobreza, civilización ecológica, economía digital y gobernanza social.
“Acercarnos a otra cultura nos sensibiliza, y expande nuestros horizontes. La cultura latinoamericana es generosa y abierta. Esto se ve en nuestra aproximación al baile”, sostiene Cantillo, citando a la académica Doris Sommer cuando afirma que “el baile es un arte que valora la diferencia por encima de la conformidad”.
En perspectiva y en función de los intercambios culturales que trascienden fronteras, Cantillo sostiene que “las antípodas a veces están más cerca de lo que uno se imagina.”
“Latinoamérica despierta cierto romanticismo, una idea de pasión y libertad. Por ejemplo, el primer hit musical que hubo en China después de la pandemia fue “Mojito” de Jay Chou, una canción que entremezcla el ritmo de chachachá y rap”, explica Cantillo al Diario del Pueblo digital. “Su video filmado en La Habana lo transporta a uno a sentir la calidez caribeña. O también, debido a la imagen del Che Guevara, no son pocos los turistas que quisieran recorrer el continente en motocicleta”.
“Por otra parte, América del Sur representa una antípoda, el fin del mundo, así se siente el viaje que hacen los personajes de la película de Wong Karwai “Felices juntos” filmada en Buenos Aires”, acota el sinólogo colombiano.
Después de haber residido más de una década en China, Cantillo piensa que China siempre tiene mucho por conocer porque el gigante asiático no es solo Beijing y las ciudades costeras.
“El interior es diverso y fascinante. Hay ciudades como Chengdu, en la provincia de Sichuan, que hace un tiempo se consideraban como de segundo nivel, pero ahora se ha revalorado por su crecimiento económico y ritmo de vida más pausado.
Por otra parte, ¿Qué sería de la cocina de Sichuan si hace cuatro siglos en el Galeón de Manila no hubieran llevado una muestra del ají de América?, se pregunta Cantillo.
“Hoy en día el ají es tan chino como el ping-pong. Eso es lo bello de tener una mente abierta y curiosa, que facilita el comercio y los intercambios culturales”, pone de relieve el destacado artista visual y profesor colombiano.
Hace poco, el actor colombiano Humberto Dorado compartió que en 1983 cuando estuvo de gira por China con la compañía del Teatro Libre de Bogotá y el grupo musical Son del Pueblo entre las reacciones más entusiastas del público chino era cuando tocaban música salsa utilizando tambores chinos.
“Este año la celebración del año nuevo chino en Bogotá fue multitudinaria. Creo que el hecho de que una compañía china esté construyendo la primera línea de metro y ya tenga un avance del 51%, está creando una expectativa en la población de que pronto se aliviará el problema de movilidad que aflige a nuestra capital. Este es un hecho que le está dando una imagen muy positiva a China”, enfatiza.
“La actitud colaborativa y capacidad de resiliencia son características de la cultura china”, concluyó Cantillo.