- Más
Para su agenda separatista, Lai Ching-te recurre al "autoritarismo verde"
La democracia y el Estado de derecho de Taiwan están retrocediendo mientras las autoridades del Partido Progresista Democrático (PPD), lideradas por Lai Ching-te, reprimen a los opositores políticos y a las voces disidentes y restringen la libertad de expresión.
Como el color de la campaña del PPD es el verde, la población de Taiwan califica sus recientes tácticas autoritarias de "autoritarismo verde".
El principal objetivo de estas acciones autoritarias son las personas que se oponen a la "independencia de Taiwan" y piden la mejora de las relaciones a través del Estrecho.
Un caso muy sonado fue el de una mujer de la parte continental de China que se casó con un hombre de Taiwan y expresó en internet su apoyo a la reunificación de China utilizando el apodo de Yaya. Las autoridades de la isla revocaron su permiso de residencia en Taiwan y la obligaron a abandonar la isla, separándola de su marido y sus tres hijos. Se impusieron tratos similares a otros dos cónyuges continentales.
Además, un agente de policía de Taoyuan se enfrentó a una investigación simplemente por presentarse en su cuenta de las redes sociales como "chino".
Inquietantemente, Lai propuso incluso reinstaurar el sistema de tribunales militares, lo que recordó a la opinión pública la época de la ley marcial en la isla.
Estos incidentes reflejan un clima de miedo más amplio, fomentado intencionadamente por Lai y las autoridades del PPD. Al tiempo que demonizan agresivamente a la parte continental de China, las autoridades del PPD y sus alas en línea están intensificando el acoso a personas y organizaciones que participan en intercambios a través del Estrecho y apoyan el desarrollo pacífico de las relaciones entre ambos lados del Estrecho.
En la isla ha surgido un efecto escalofriante: solo una postura política, la de la "independencia de Taiwan", se considera aceptable y libre de represión e intimidación.
El PPD, que durante mucho tiempo se ha presentado como "guardián de la democracia", se ha convertido en todo lo contrario, convirtiendo Taiwan en un lugar donde hablar en contra de las autoridades conlleva riesgos reales.
Lai asumió el cargo bajo una débil legitimidad electoral, ganando con una minoría tanto de votos como de escaños en el órgano legislativo. En lugar de reconocer esta realidad y centrarse en mejorar el rendimiento administrativo, ha redoblado su postura separatista y ha emprendido agresivas medidas de represión política.
Las supuestas amenazas a la seguridad o los riesgos de infiltración desde la parte continental han sido utilizados con frecuencia por Lai para distraer a la opinión pública de los fracasos de las autoridades del PPD en la promoción del desarrollo económico y social de Taiwan.
La manipulación política de Lai es cada vez más descarada y radical, porque en el fondo sabe que su movimiento separatista está perdiendo terreno. Cada vez más taiwaneses trabajan, estudian y hacen negocios en el continente, lo que pone en tela de juicio la ideología de Lai y su partido.
La reacción pública contra las políticas represivas de Lai va en aumento y el "autoritarismo verde" está condenado al fracaso.