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Los verdaderos colores del bordado Miao
Falda plisada de la etnia Miao. [Foto: proporcionada a China Daily]
Zhao Xu
¿Qué evoca la palabra "bordado" en tu mente? ¿Una sinfonía de colores y patrones? ¿Hilos relucientes tejidos en un delicado arte? ¿La dedicación silenciosa de incontables horas marcadas por los ojos tensos y las espaldas doloridas? ¿O tal vez la opulencia de la alta costura, donde cada puntada susurra y esplende? El bordado del pueblo Miao, uno de los grupos étnicos más prominentes del suroeste de China, encarna todas esas virtudes y más, al fusionar la historia y la tradición, la artesanía y la narración de historias.
"Para el pueblo Miao, el bordado es su Libro del Cielo", asegura Tian Hui, director del Museo del Traje Étnico, adscrito al Instituto de Tecnología de la Moda de Beijing. Si bien el Libro del Cielo en la mitología china contiene textos sagrados de sabiduría divina, la costura del pueblo Miao es la clave para comprender la historia y la demografía del grupo, así como su herencia cultural y espiritual.
Un ejemplo son las líneas de colores vibrantes que rodean las faldas plisadas que suelen llevar los Miao. Los investigadores han sugerido que estas líneas representan los grandes ríos, incluidos el río Amarillo y el río Yangtze, que los Miao cruzaron durante su migración hace miles de años.
"Se cree que la migración de los Miao comenzó con su derrota ante el legendario gobernante Huangdi (Emperador Amarillo), hace más de 5.000 años", recuerda Yang Jie, profesor de diseño de ropa masculina en el Instituto de Tecnología de la Moda de Beijing, refiriéndose a la batalla librada entre el Emperador Amarillo y Chiyou, un líder tribal que todavía es venerada por muchos pueblos Miao como su gran antepasado.
"Debido al tiempo transcurrido, resulta casi imposible confirmar detalles de este hecho histórico, pero me inclino a pensar en esta narrativa, particularmente debido a la prevalencia de flores de peonía en los bordados Miao", destaca Yang. "Las peonías no son nativas de las regiones del suroeste donde los Miao han vivido durante siglos, sino más bien de la cuenca del Río Amarillo. Por eso, la única explicación plausible es que los Miao llevaron consigo los recuerdos de sus antepasados cuando fueron expulsados de aquella tierra fértil hacia regiones montañosas más distantes".
De madre perteneciente al grupo étnico Miao, Yang creció unido al patrimonio del vestuario Miao.
"Cuando mi tía materna se casó, llevaba un vestido de novia muy bordado, que alguna vez usó su cuñada, que había heredado el vestido de su propia abuela", recuerda Yang. "Se necesitaron años para crear un vestido de esa calidad. Por eso, una vez terminado, estaba destinado a ser apreciado y transmitido de generación en generación".
Al elegir lo escanciado sobre lo rápido y lo antiguo sobre lo nuevo, el pueblo Miao ha logrado preservar su identidad cultural a través de los siglos, navegando por la turbulencia de la historia y las mareas siempre cambiantes de la vida moderna. Y no son los únicos.
El año pasado, con más de 220 piezas prestadas por el Museo del Traje Étnico, el Museo de Cultura Tradicional China de Beijing organizó una gran exposición que muestra el rico y diverso legado de la moda de los grupos étnicos de China.
Guantouyi, blusa voluminosa de sacerdotisa del grupo étnico Yi. [Foto: proporcionada a China Daily]
Una pieza destacada fue una blusa conocida como Guantouyi (jersey) de la etnia Yi. Una de las dos formas de vestimenta más antiguas de China, junto con el estilo envolvente, esta prenda fue usada por una sacerdotisa chamánica, y probablemente varias mujeres antes que ella. Sus amplias telas se arremolinan dramáticamente mientras se danza alrededor del fuego.
El Guantouyi se compone de muchas pequeñas piezas de tela cortadas en forma triangular. "Algunas son notablemente más nuevas que otras, ya que cualquier pieza que se ensuciaba o se desgastaba era reemplazada por una nueva de color similar", apunta Gao Dandan, curador de la exposición e investigador de ropa étnica china. "A medida que esta blusa pasaba de una sacerdotisa a otra, se añadían continuamente nuevas piezas, que sustituían a las antiguas, hasta que también eran sustituidas por el desgaste. Esta blusa es un registro histórico vivo, lleva el pulso de cada mano que lo reparó y el espíritu de quienes la usaron".
Pantalones Bainayi para niños, finales del siglo XIX. [Foto: proporcionada a China Daily]
Otra confección singular que alberga el Museo del Traje Étnico es el Bainayi (Túnica de los Cien Parches). La pieza de colección es un ejemplo prístino de finales del siglo XIX.
"El origen de esta prenda se encuentra en su nombre sánscrito, Kasaya, posteriormente adaptado al chino como Jiasha, que significa vestimenta budista", explica Gao. "Kasaya es una túnica monástica budista tradicional que, cosida a partir de múltiples piezas de tela en un estilo de almalgama de parches, simboliza la humildad y el desapego material".
Esta creencia cautivó a los antiguos chinos, que veían el Bainayi como una salvaguarda para la salud de sus hijos, inspirados en la resistencia de los pobres. Sin embargo, su asociación original con la simplicidad y el ascetismo dio un giro durante la dinastía Ming (1368-1644), cuando los ricos usaban seda fina para crear opulentas versiones de esta humilde prenda. En el Bainayi adinerado cada pieza brillaba como un espejo.
Entre el 138 a.C. y el 115 a.C., el explorador y diplomático chino Zhang Qian se embarcó en dos viajes a través de los vastos desiertos que se encuentran al oeste de la dinastía Han Occidental (206 a.C.-24 d.C.), aventurándose profundamente en Asia Central. Según algunos estudiosos, Zhang Qian llegó a los límites del mundo mediterráneo. Estas empresas monumentales sentaron las bases de lo que más tarde se conocería como la antigua Ruta de la Seda, una vasta red de rutas comerciales que se convirtió en alma del intercambio comercial, cultural y de conexión entre todo el continente euroasiático.
"Siempre ha sido una calle de doble sentido", reafirma Gao, quien, para la exposición, combinó la envidiable colección de ropa étnica del museo con los últimos diseños de los profesores y estudiantes del Museo del Traje Étnico. Entre ellos estaba Yang... cuando era niño, observaba cómo su madre se inclinaba sobre una pieza de bordado.
"La energía creativa y la imaginación desenfrenada que poseen mi madre y sus compañeras Miao están arraigadas en la naturaleza y su culto", manifiesta Yang. De hecho, las damas de una de las ramas de los Miao que usan una típica falda plisada son llamados como "las Miao de falda corta".
"Las mujeres de este grupo usan varias faldas a la vez; la plenitud y la alegría son su forma de honrar a las aves, a las que admiran mucho", reconoce Yang.
Una tradición similar de faldas en capas existe entre los Hani, que al igual que los Miao, habitan las mismas regiones del suroeste de China. Su práctica de superponer capas, cada una ligeramente más corta que la que está debajo, para enseñar todos los dobladillos, se inspiró en las legendarias terrazas de arroz.
"El verdadero vestir exige una confianza suprema. Esa es la lección fundamental para cualquiera que espere tomar una página del libro de moda Miao", concluyó Yang.