español>>Más

Luis Cuenca Castro, cineasta español residente en Beijing: “El Festival de la Primavera transmite una fuerte sensación de unidad y cohesión nacional”

Por DIARIO DEL PUEBLO digital | el 17 de enero de 2025 | 15:45

Nota del editor:

El Festival de la Primavera de este año se celebrará el 29 de enero. Como momento cumbre para la reunión familiar, la camaradería, la generosidad y el abrazo dentro de un nuevo ciclo vital, el movimiento será una de sus constantes. Al calor del deshielo, el ying y el yang giran en la fija impermanencia hacia la renovación más plena.

La llegada del año nuevo lunar no deja indiferente a nadie que resida en China. Nacionales y extranjeros, unidos en el fragor de la excelsa celebración, comparten el influjo de este promisorio momento, auspiciado bajo la égida de uno de los doce animales del zodíaco que anuncia renovados dones. Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza. Aunque de apariencia es fría, el corazón de la serpiente está lleno de pasión y sabiduría.

Para esta ocasión, amigos latinoamericanos residentes en diversas zonas de China nos han ofrecido testimonios sobre el Festival de la Primavera.

Luis Cuenca Castro, cineasta español residente en Beijing, durante la filmación de un documental en China. (Foto: cortesía)

Luis Cuenca Castro, cineasta español residente en Beijing, durante la filmación de un documental en China. (Foto: cortesía)

Luis Cuenca Castro, cineasta español residente en Beijing: “El Festival de la Primavera transmite una fuerte sensación de unidad y cohesión nacional”

Por Yasef Calderón

La privilegiada mirada del artista español Luis Cuenca Castro ha registrado con acierto numerosos matices de la China de la última década. Todos recordamos su imprescindible “CHINA 354", ambicioso proyecto que inició en el 2019 donde abordó los paisajes naturales, paisajes urbanos, historias individuales, cambios históricos y hasta el paso de las estaciones chinas, sinfonía audiovisual exhibida en tres pantallas verticales y 24 pantallas horizontales, en clara alegoría a los 24 términos solares del calendario tradicional chino.

“Vine a visitar a un amigo, y lo que inicialmente iba a ser un viaje de unos pocos meses, terminó convirtiéndose en lo que ahora considero mi segunda casa: Pekín, China. Supongo que fue amor a primera vista”, confiesa Luis con la sinceridad de quien se percibe bien acogido.

En estos 11 años chinos que ha “discurrido” tras la lente, el cineasta español ha indagado con lupa en las singularidades de las provincias del gigante asiático, abanico identitario que abarca lo gastronómico, lo cultural y lo idiomático.

“Todas están unidas por el uso de los caracteres chinos y por una población que, en su mayoría, comparte la cultura Han. No obstante, es importante destacar que las minorías étnicas, aunque aisladas en muchas regiones, coexisten y aportan a la rica tradición cultural del país”.

Su regreso al mundo del cine ocurrió algunos años después de su llegada a China en 2013. Aunque llevaba casi quince años sin filmar, sintió una profunda necesidad de documentar lo que estaba presenciando a diario. China, con su carácter intrínsecamente cinematográfico, “me ofrecía un abanico interminable de historias fascinantes. A dondequiera que mirara, encontraba algo único que contar”. Para narrar este magma, Luis decidió adoptar un enfoque de rodaje diario, inspirado por el estilo del cinéma vérité y, en particular, por la película "Chung Kuo" de Michelangelo Antonioni, filmada en China en los años setenta.

“Mi objetivo era captar de manera orgánica y auténtica la riqueza y diversidad de las experiencias que tenía frente a mí, documentando las innumerables historias que se desarrollaban día tras día”, asegura el artista español.

El primer proyecto que realizó fue un mediometraje centrado en la cultura de la minoría étnica Dongzu, en la provincia de Guizhou. Este trabajo me permitió adentrarme en una de las comunidades más fascinantes y menos conocidas del país, explorando sus tradiciones y su modo de vida. A raíz de esa experiencia, y motivado por la abundancia de historias que encontraba en su entorno, comenzó a rodar CHINA354, bajo una premisa sencilla, pero desafiante: “filmar una película de un minuto cada día durante un año completo. En total, rodamos 354 películas en 354 días, a lo largo del calendario lunar de 2019 y 2020”.

“El número de días no es casual, ya que cada año lunar en China tiene una duración variable, diferente del calendario gregoriano. Esta peculiaridad me brindó la oportunidad de explorar todas las provincias del país y descubrir su vasta riqueza cultural”, afirma Luis. “Cada jornada representó una nueva aventura, un nuevo aprendizaje, y un paso más hacia una comprensión más profunda de la complejidad y diversidad de China.

CHINA354 no solo le permitió crecer como cineasta, sino también como persona, en un proceso constante de descubrimiento y reflexión, donde el Festival de la Primavera vibra en color y trascendencia.

“A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de disfrutar del Festival de la Primavera en distintas regiones del país”, precisa. “Este año, tengo previsto celebrarlo en Tongren, en la provincia de Qinghai, en la meseta tibetana”.

“El Festival de la Primavera tiene la capacidad de reunir a todo el país para celebrar el nuevo año lunar, que tiene sus raíces en la tradición agrícola. Este evento transmite una fuerte sensación de unidad y cohesión nacional”, añade.

Afincado en Beijing, Luis coincide con otros iberoamericanos residentes en la capital china, en que una de las costumbres más destacadas del Festival de la Primavera es la celebración familiar que incluye la preparación y consumo de jiaozi (empanadillas chinas). Y debido a que muchos de los residentes en la capital no son originarios de la ciudad, en esta fecha suelen regresar a sus provincias, generando un ambiente especial de intercambio cultural.

“Siempre he procurado viajar a diferentes provincias durante el Festival de la Primavera, particularmente a zonas rurales que conservan tradiciones únicas. En muchos de estos lugares, he sido recibido con gran calidez y curiosidad, lo que siempre ha enriquecido mi experiencia. Jamás he tenido una mala experiencia y la comida, sin excepción, ha sido excepcional y las celebraciones únicas y diversas en cada provincia a la que fui”, señala.

Con la llegada de esta primavera, el dragón entregará su cetro a la serpiente, que en la cultura china implica misterio, impredecibilidad, espiritualidad y riqueza.

“Soy del signo del búfalo de agua. Aunque no soy un experto en astrología china, suelo leer las predicciones cada año. La afinidad entre la serpiente y el búfalo es excelente, lo que augura un año muy favorable para nosotros los búfalos. El año del Dragón fue algo convulso para mi signo, ya que las energías entre ambos son menos compatibles”, detalla.

Precisamente, Luis entrará este año en la etapa final de "King Bull", un proyecto documental en el que he trabajado durante más de tres años. Su nueva obra se centra en una tradición ancestral que pervive en un conjunto de aldeas situadas en Qiandongnan, en la provincia china de Guizhou. En esta región remota se celebra un ritual fascinante: combates entre toros que evocan las antiguas prácticas taurinas del Mediterráneo, particularmente de España

“pero con una singularidad notable. A diferencia de las corridas modernas, aquí no existe la figura del torero. La tradición recuerda los juegos taurinos que se practicaban en Creta, España y otros enclaves mediterráneos hace más de dos mil años, antes de la introducción del lidiador como protagonista”, recalca. “

“Para los habitantes de estas aldeas, el toro trasciende su condición animal y se convierte en un tótem espiritual, símbolo de identidad colectiva y fuerza vital. La comunidad entera se reconoce en este animal, cuya presencia es un hilo conductor entre su historia, su cultura y sus creencias”, acota.

Este joven español, de ojos inquietos y hablar pausado, declara que su cine y su futuro estará indudablemente ligado a China. Y hasta ha llegado a pensar que en una vida anterior pude haber sido chino.

“Vivir en China ha significado para mí una oportunidad para expandir mis propios horizontes. He sido capaz de incorporar nuevos hábitos y valores de la cultura china, manteniendo a su vez mi identidad española”, manifiesta el director de CHINA354.

“En cuanto a los festivales de la Primavera, seguiré utilizándolos como una excusa perfecta para seguir explorando y descubriendo las maravillas de China”.

(Web editor: Zhao Jian, 周雨)